Haz click aquí para copiar la URL
México México · México Distrito Federal
Voto de Coleccionista Visual:
9
Drama. Romance Un joven acomodado de la alta sociedad peruana decide huir del entorno social y familiar en el que vive para intentar encontrar su identidad sexual, marcada desde su juventud por el abuso de las drogas y el alcohol. Basada en la novela del peruano Jaime Baily. (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2007
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y así con está frase inicio la crítica, extraída del parlamento de Hernán Romero quién encarna al padre de Joaquín en “No se lo digas a nadie”, un chico homosexual en proceso de aceptar su condición dentro de un entorno social limitado y regido por ideas obsoletas y llenas de puritanismo, impuestas por grupos eclesiásticos y el machismo arraigado en la comunidad hispana, propiciando la discriminación hacia el que infringe sus reglas con su gusto dispar.

No se lo digas a nadie, basada en la novela homónima de Jaime Baily encuadra a la que podría ser la familia perfecta, pero que arrastra en su interior el autoritarismo ejercido por el padre, la sumisión de la madre y el desconcierto de Joaquín, el hijo, ante su latente atracción por los de su mismo sexo y a su vez el rechazo de su sentir. Pero Francisco Lombardi no se limita al entorno familiar, hace un recorrido por la escuela, la iglesia, el antro o la calle, en donde Joaquín encontrara salidas posibles a su problema, involucrando hombres y mujeres que reiteran su preferencia sexual, así como a otros que asumen el rol de solución siendo efímera su presencia al no comprender el proceder del protagonista.

La presión social y sexual lo colocan frente a la adicción y ésta a su vez ante la soledad; el robo, la huida, la prostitución, todo para evadirse y no encontrar lo anhelado, sin salir del circulo y la complacencia.

Formidable trabajo de Lombardi al reunir elementos formidables; un elenco de actores comprometido, una dirección de cámaras correcta, la música adhoc para tiempo y lugar, caracterización y dirección de arte, complementan uno de los largometrajes peruanos de mayor relevancia y que a pesar del tiempo resulta mucho más eficaz, que las multinominadas al Oscar.

La sorpresa:
La credibilidad de Christian Meier como actor, supera el perfil de la estrella de televisión al interpretar al cínico y comodino Gonzalo.

Lo mejor:
Su dinamismo y realismo, el amor suele ser más complicado de lo que se piensa; la presencia de un final abierto.
El tema “El amor después del amor” de Fito Paez.

Lo peor:
Las lecciones y frases (como la que da título a está crítica) del padre de Joaquín para formar un verdadero varón, aberrantes y estúpidas, pero necesarias para el argumento.

Franca y sin inhibición.
Coleccionista Visual
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow