Si bien «Dale Gas» trae consigo un realismo inminente —sin caer en el tremendismo sobre la situación actual en cuestiones de seguridad en México—, da cierta idea que los directores se van por una trama acorde a la visión de sus jóvenes protagonistas y que pueda llegar al público aludido, sin tantas complicaciones.

Quique y Noche son dos jóvenes amigos inmersos en la mecánica automotriz, pero también en los arrancones ilegales montados en medio de la noche. Adictos a la velocidad, adrenalina y las apuestas, se aventurarán a una nueva carrera con un accidente fatídico, por lo que para evadir las consecuencias legales huyen de la ciudad junto con la abuela del primero hacia Ciudad de México.

Sin muchas expectativas los tres llegarán a un barrio, donde no sólo hay parentela, sino donde los autos son parte del cotidiano, incluidos los arrancones. Al intento por reencaminarse cada uno encuentra la salida para dar rienda a sus gustos y entremezclan su pasado con una actualidad que no empata con lo que como familia representaron en el lugar. Las nuevas condiciones revelan traición, alevosía, envidia y mucha hipocresía.

Con un reparto experimentado encabezado por Silverio Palacios, Jorge Zárate, Gerardo Taracena y la sorpresiva interpretación de Silvia Pasquel como la abuela, dan al serial bastante fortaleza para su visionando. Por otro lado, los nuevos talentos —sobre quienes recae el peso de la historia— se encuentran correctos.

La historia que al parecer se ha filmado en «La ronda», un barrio cercano al centro de la ciudad y que en efecto, encuentras todo de automóviles, es en general aceptable y entretenida, con miras a nuevas entregas que pueden ir en la búsqueda de una madurez y por ende que la categorice como un serial más prometedor.