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México México · México Distrito Federal
Voto de Coleccionista Visual:
7
Drama Sur de Jutlandia, a principios de los 70. La vida no resulta fácil para Allan, de 11 años. Su padre padece "nervios psíquicos" y amenaza frecuentemente con suicidarse. Su madre ha tirado la toalla, su hermano mayor se ha ido de casa y la pequeña lechería de la familia no marcha bien. Cuando su hermana mayor deja de pasar las noches en el sofá con su padre, dependerá de Allan mantener unida a la familia. (FILMAFFINITY)
25 de marzo de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La producción de películas en género dramático continúa siendo la carta fuerte para guionistas y directores, dispuestos a seguir la tarea de adaptación de novelas y conseguir llevarlas a la pantalla grande, con un temas recurrentes que adquiere valor inusitados ante la efectividad de la narración y los alcances obtenidos entre el público espectador. Peter Schønau Fog con esta película sorprende por los aberrantes sucesos ocurridos dentro del hogar, cubiertos por la honorabilidad, rectitud y las buenas costumbres que proyectan algunas figuras dentro del círculo familiar.

The art of crying (AKA El arte de llorar en coro) es el típico retrato de la familia “funcional” que por las tardes comúnmente labora y convive, pero que al concluir la noche los problemas maritales invaden el seno familiar, desatando riñas verbales, desesperación de los implicados, que suele conducirlos a estados inesperados y a un cambio de roles inconexos con el estereotipo de la época. Dichos problemas tienen alcances impensables con los demás integrantes de la familia, siendo el chantaje, la culpa, angustia y apatía los móviles de hechos atroces que desequilibrarán la estabilidad psíquica y emocional de los púberes, por la inconformidad que generan los penosos acontecimientos.

Para contarnos “El Arte de llorar” con una temática tan escabrosa no se recurre a la mirada de los adultos o adolescentes, sino a la percepción infantil de Allan, el personaje idóneo que explora desde distintas perspectivas los hechos ocurridos dentro del entorno familiar. Un personaje complejo, sometido a diferentes y duras vivencias que le permiten crearse su propio criterio, entre lo correcto y permitido entre los integrantes de su familia, así como también el poder imponerse límites en cuanto a la felicidad de terceros.

Como es de suponer la mirada de Allan no se encuentra estancada en el terrible drama familiar, se buscan momentos chuscos de acuerdo a su edad, tareas y ocurrencias, que van atenuándose conforme al avance de la cinta, tal vez porque hay un notorio titubeo en el dominio de la mezcla de géneros. Es un drama con escasos toques de humor. ¡Muy frío! por cierto.

Las propuestas del cine escandinavo siguen ofreciendo historias interesantes, solo se necesita una apreciación detenida para disfrutarlas.
Coleccionista Visual
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