El resultado irregular expuesto en estas casi dos horas en otra que reúne ocho cortometrajes, da una visión de los cineastas principiantes o bien de otros ya con cierto callo en la labor -mas no el género-, donde se agudizan los errores y ninguno consigue el destacar para esa filmografía mexicana que tanto la demanda.

Y es que el compuesto viene con los que al intento de contar algo y a la distracción en la estética de otros elementos que enriquecen sus proyectos, tales como la fotografía o los efectos especiales, quedan en el camino al ni siquiera transmitir la sensaciones esperadas; otros tampoco cuentan con ese trabajo minucioso argumental que fortalezcan los hechos, dejando la notoria gratuidad muchas ocasiones atribuida al cine gore. Pero ya donde se raya en lo patético y más que miedo genera una inmensa vergüenza ajena es en "La cosa más preciada" y "Lo que importa es lo de adentro"* -de ahí lo de amateurs al ataque, ya que la nula dirección de los intérpretes supera cualquier chusco intencional o de los pocos en el memorial hasta en los menos virtuosos de la actuación en este país.

Los más relevantes: Jaral de berrios de Edgar Nito y Siete veces siete.
spoiler:
* Cuenta con una escena referencial a "Rojo Amanecer", del maestro Fons, que si de tensión se trata, su filme es muestra de logros con excelencia a pesar de la austeridad.