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Voto de Juan Marey:
7
Acción. Drama Al colisionar durante una tormenta con un barco, el submarino de la armada americana S13 se hunde en los mares de China, y los catorce hombres que componen la tripulación quedan atrapados en su interior, sin esperanzas de sobrevivir... (FILMAFFINITY)
16 de marzo de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Men Without Women” que en España se dio a conocer como “Tragedia submarina” es uno de los primeros films sonoros del gran John Ford, que llevaba dirigiendo películas desde 1914, para él es pues una más de una larga carrera, pero hay factores que la hacen destacar. De entrada supone el encuentro entre el cineasta y el que será su guionista preferido, Dudley Nichols, un escritor del que Ford valoraba sobre todo el que fuera partidario de contar las historias recurriendo lo menos posible al diálogo, luego también hay que destacar que esa era la primera vez que se utilizaba un submarino de verdad para rodar lo que ocurre en su interior.

Los protagonistas de la historia son Kenneth MacKenna, Frank Albertson y Paul Page, aunque también juega un buen papel John Farrell y aparece muy fugazmente John Wayne, por entonces aún casi desconocido. Las actrices, mujeres en un mundo de hombres, sólo existen durante la primera parte de la historia, la que transcurre en Shanghái y, en concreto, ante la barra de un bar más larga del mundo y que también es un burdel que debió ostentar cifras record que no figuran en los anuarios.

Ford cuando rememoraba la película ante Peter Bogdanovich se sentía especialmente orgulloso de su sentido del humor y subrayaba que con Nichols había inventado la historia del marinero que quiere llevar un jarrón a su mamá y que va apareciendo de cuando en cuando abrazado a la porcelana, incluso en las situaciones más trágicas y difíciles, como es el tener que escapar del submarino convertido en tumba a través de los conductos destinados a los torpedos, es un personaje y una situación que luego ha sido copiado infinitas veces, comentaba Ford. También recordaba que durante el rodaje Farrell se fue a Tijuana y volvió más borracho que una cuba y mientras estaban rodando en plena tempestad, llegó él y dijo que no quería que lo doblase nadie y, ni corto ni perezoso, se tiró al agua pegando un salto precioso, de 12 metros, cuando regresó nadando al submarino estaba completamente sereno, concluía el más irlandés de los directores norteamericanos.
Juan Marey
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