Una historia intensa, basada en una novela de Evan Hunter, sobre las aventuras veraniegas de un grupo de adolescentes que pasan sus vacaciones en una playa, la verdad, bastante poco concurrida. La película sigue sus juegos, su despertar sexual y como poco a poco se manifiesta la maldad en sus personas, a veces son valientes, amables y considerados, sin embargo, en otras ocasiones son cobardes, egoístas y crueles. Los padres de los personajes nunca aparecen en la película y todas las referencias verbales a ellos son negativas, nos quedamos con la impresión de que a estos chavales los han dejado a su suerte y que están creciendo sin moral.

Un retrato sorprendente y sin prejuicios de las exploraciones de los adolescentes en el sexo, la amistad, la lealtad y la crueldad, que captura hábilmente la irresponsabilidad de ese período incierto en la vida de una persona. Magníficamente dirigida por Frank Perry, cuenta con unas estupendas interpretaciones de sus cuatro jóvenes protagonistas, sobre todo una fantástica Catherine Burns, aunque quienes realmente se hicieron famosos fueron Barbara Hershey, Richard Thomas y Bruce Davison. Una buena película, conmovedora e inquietante a la vez.