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Voto de Juan Marey:
8
Drama Chico, un trabajador de las alcantarillas de París, lleva tanto tiempo tratando de cambiar de posición y encontrar una bella esposa que ha perdido las esperanzas y se ha convertido en un cínico. Un día rescata de la policía a una joven y la lleva a vivir a su casa, un pequeño apartamento situado en el séptimo piso. Remake de un film de mismo título que diez años antes había dirigido Franz Borzage. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2017
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Seventh Heaven" fue una exitosa obra de Austin Strong, estrenada en 1922, cuyos derechos para la gran pantalla no tardaron en disputarse los grandes estudios de Hollywood. Finalmente fue la Fox Film Corporation -que en 1935 se fusionaría con la Twentieth Century para crear el titán Twentieth Century Fox- quien se llevó el gato al agua. La compañía contaba por aquel entonces con un exquisito realizador de especial sensibilidad para los temas románticos, Frank Borzage, al que se le asignó el proyecto, y Borzage creó una magnífica película, una película extremadamente poética y romántica con Janet Gaynor y Charles Farell en los papeles protagonistas. Diez años después, Henry King realiza el remake con James Stewart y la maravillosa Simone Simon… y la poesía vuelve.

“El séptimo cielo” es una película de perdedores, de gente marginal, de miseria y barrios bajos; de pobreza y suciedad, todo lo contrario a la imagen glamourosa y despreocupada que Hollywood se esforzaba en ofrecer por aquellos años. Con un país inmerso en la depresión económica y una altísima tasa de desempleo, el cine suponía la única válvula de escape para los sueños de la población, por unos pocos céntimos se podía desconectar de la terrible realidad, aunque, fuese por unas horas, y dejarse llevar por exóticos parajes, bellas mujeres, entornos idílicos, champán a raudales y exquisitos e imposibles trajes de noche. Nadie quería oír hablar de problemas ni de miserias; bastante había ya de eso en la vida cotidiana. Por eso es curioso que un hombre con una visión tan estrictamente comercial como Darryl F Zanuck se atreviese a rodar esta nueva versión de “El séptimo cielo” a sabiendas de que, probablemente, no encajaría con los gustos del público de aquellos días. La historia de un alcantarillero enamorado de una prostituta en el marco de un suburbio parisino no era precisamente un dechado de alegría, además estaba el problema de la censura, que no iba a permitir que la profesión de ella se explicitara lo suficiente y que tampoco dejaría que los amantes viviesen alegremente en la buhardilla de él, sin estar casados, por mucho séptimo cielo que ésta representase. La producción era, por lo tanto, arriesgada; pero Zanuck estaba decidido a llevarla a cabo y no se equivocó, la película contó con el favor del público y las plateas volvieron a derramar lágrimas con esta maravillosa historia de amor, una de esas historias cargadas de inocencia sobre el amor puro y verdadero.

Una película sencilla pero que te llega muy hondo. La mirada de la inolvidable Simone Simon. La ternura de James Stewart. “El séptimo cielo” una de esas películas inocentes que te elevan… Y no te importa que el ateo se vuelva creyente porque sabes que en lo único que cree es en Diana y el cielo. La buhardilla les espera, el séptimo cielo les espera.
Juan Marey
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