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Voto de Juan Marey:
8
Drama Cyril, Moocher, Mike y Dave son cuatro amigos de Bloomington, una pequeña ciudad de Indiana, que se encuentran en la encrucijada de sus vidas, esa etapa entre la adolescencia y la edad adulta en la que las dudas sobre el futuro no dejan pensar. La obsesión de Dave son las bicicletas, y esa afición le llevará a participar en una carrera que cambiará su vida y la de sus amigos. (FILMAFFINITY)
13 de julio de 2014
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película modesta y sin muchas pretensiones, pero realmente interesante, realizada de forma brillante e inteligente. Nos habla de cuatro jóvenes amigos, un tanto holgazanes y desnortados, que viven en un pueblo de Indiana y que no tienen muy claro de lo que hacer con sus vidas, bueno, con una excepción, Dave, aunque no tiene trabajo y tampoco tiene claro lo que quiere hacer en el futuro, siente una gran admiración por el mundo del ciclismo y en concreto por el equipo italiano, además es “Italomaníaco”, vamos que habla en casa a sus a sus padres en italiano, escucha a Rossini y Mario Lanza y no come más que fettuccini, linguini, zucchini y todo aquello que termina en –ini, ¡pero si hasta su gato se llama Fellini!

Estupendas las interpretaciones de sus jóvenes actores, pero realmente el que se sale es Paul Dooley en el papel de padre de Dave (Dennis Christopher, el fanático de las bicicletas y de todo lo que huele a italiano), borda el papel de ese padre que está harto de todo lo que termina en -ini.

Una película casi olvidada pero que tuvo un gran éxito en su momento, una de esas películas que tiene ese buen aroma a comedia de viaje iniciática, una buena y agradable crónica del "cambio", del cambio en una América a mitad de los 70, que no estamos demasiado acostumbrados a ver, porque el tipo de comedia juvenil que se llevaba entonces era de otro tipo (Pienso en cosas como “Desmadre en la universidad”, “Porkys”, etc). Un film sorprendente en muchos aspectos, en primer lugar funciona como una divertida comedia, pues tiene todos los ingredientes típicos de esta clase de películas: Están los “fracasados”, están los ricos, guapos y capacitados universitarios pijos, está el deporte sí, pero un estilo deportivo, el ciclismo, menos fílmico (y "patriota") que el tradicional rugby americano, beisbol o baloncesto, está además el primer amor de por medio, las riñas, las travesuras, los enfrentamientos sociales... y todo lo que estamos acostumbrados a encontrarnos en productos de similares características, pero lo que la hace distinta del resto está en la apuesta de su gran director, el tristemente fallecido Peter Yates, de querer rodar un film comprometido con la reflexión y, el valor existencial de sus personajes, sirviéndose del ciclismo como una mera excusa para narrarnos y mostrarnos otras cosas demasiado importantes como para tomárselas a coña, hablo de trabajo, inseguridad, esperanza, inquietudes, familia, amistad, futuro incierto, infelicidad...
Juan Marey
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