He tenido la oportunidad de ver gracias a la iniciativa Docs Barcelona este largometraje dirigido por Rachel Leah Jones y Philippe Bellaiche. Ofrece una mirada a la vida y obra de la abogada israelí Lea Tsemel, que representó a presos palestinos durante casi cincuenta años. Está especializada en la defensa de prisioneros políticos palestinos y no tiene pelos en la lengua con sus compañeros de profesión. Esta coproducción israelí es un más que interesante documental sobre una activista que muestra un seguimiento detallado durante la preparación de la defensa de dos casos concretos: el de Ahmes, un niño de trece años acusado de participar en un apuñalamiento de un chico israelí y el de la mujer Isra Jaabis, acusada por los oficiales israelíes de un intento frustrado de atentado suicida. La película combina el trabajo de la abogada sobre todo en el primer caso y destaca en los momentos espontáneos de la protagonista, con antecedentes históricos de su pasado en su activismo. Vemos cómo para algunos Tsemel es vista como la abogada del diablo mientras que para otros como defensora de los derechos humanos. Siempre se muestra con determinación a pesar de las decisiones del sistema judicial de su país y va más allá en los casos judiciales en relación al conflicto palestino-israelí. Cabe señalar que para preservar la identidad de los acusados aparecen mediante una técnica de animación. El film de 2019 se presentó en la sección oficial de documentales internacionales en el festival de Sundance, fue nominado en su categoría por el sindicato de productores y está disponible en la plataforma Filmin desde inicios de febrero.

Valoración: 7
Lo mejor: la admirable lucha de la abogada Tsemel en causas que cree injustas.
Lo peor: no ver que haya ganado un caso.

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