El documental abre muchas vías de debate a partir del registro de la imagen y su utilización en ámbitos tan dispares como la inmersión en las drogas de la fotógrafa y la moda. El documental se centra sin intervenir preguntando, en la opinión de mucha gente famosa sobre Annie. De modo que la narración mantiene la premisa de la objetividad documentalista tan en boga desde hace un tiempo.
Es tan inmensa y original la obra de Annie Leibovitz que muestra el documental que solamente puedes pensar en retirarte de la fotografía. Annie Leibovitz lo ha hecho todo y ha llegado a la excelencia en casi todos los palos que posee el arte de Daguerre.
El documental da una pincelada quizás superficial de muchos temas( fotografía de reportaje, creatividad en el retrato de moda, su relación con Susan Sontag, su amplia familia, la evolución de la revista Rolling Stone, su relación con Yoko Ono y John Lennon, etc.) y no los desarrolla. Viendo este fresco sobre Annie Leibovitz tal vez pensaríamos que la vida de la fotógrafa merecería una serie de diez capítulos.