Supongo que se reunieron doce estudiantes en una fiesta universitaria fumándose unos canutos y viendo como sus alucinaciones se podrían convertir en realidad, pero como no les llegó la inspiración hicieron esto. Pocos en la historia del cine han conseguido que una película de tan solo de 60 minutos se convierta en algo tan largo.
Lo mejor, los cinco primeros minutos con el chaval en la caldera y el final, pero el resto es todo o muy lento o muy rápido, no tiene término medio y me explico.

El comienzo bien, pasamos al típico años después, unos jóvenes calentorros en una furgoneta se desplazan no sé donde de viaje, al salir a hacer sus necesidades ven el letrero de un alberge (el de la trágica muerte) y como no, deciden pasar la noche, se supone que está abandonado, pero está todo limpio y con su luz, agua, vamos en perfecto estado de revista.
Allí empiezan a ocurrir asesinatos a una rapidez que ni el cuerpo humano resista, y en menos de media hora solo quedan cuatro, pues ahí es donde se empieza a hacer larga la cosa.
Yo pienso que espaciando las muertes se hace más aceptable la película y con un misterio, porque el que ve éstas películas, saben que al final queda uno nada más y no hay que pensar mucho.

Parecían que tenían prisa y se ve que se retaban los directores a ver cuál era la muerte más rápida e insulsa a la vez, quedaron empatados, pues ninguna merece la pena recordar, bastante malas y previsibles.
No le echo la culpa a que sea cine español, pues en todos los países hacen bazofias, lo echo a la inoperancia de 12 inútiles que no visionaron la película antes de estrenarla y vieran que no tenía ni coherencia ni empatizabas con los protagonistas, sobre todo el payaso del grupo, que para que negarlo en todos los grupos hay un gilipollas que se creen gracioso y es un payaso pesado, a ese sí que te entran ganas que lo maten cuanto antes.

En definitiva ni perdáis el tiempo en descargarla, pues alquilarla es un sacrilegio.