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Thriller. Intriga
El contable Jonathan McQuarry (Ewan McGregor) vive de espaldas a la vida, pero su nuevo amigo Wyatt Bose (Hugh Jackman), un carismático y poderoso abogado, lo introduce en un misterioso club sexual conocido como The List. Tras conocer a la mujer de sus sueños, Jonathan se convierte en el principal sospechoso de una serie de hechos muy graves. (FILMAFFINITY)
10 de octubre de 2014
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El comienzo es un poquito lento, pero se va animando poco a poco, sin ser un viaje en la montaña rusa, con escasas sorpresas, pues está dejando patente desde el principio hasta el final, que algo raro pasa con Hugh Jackman y dando muchas pistas que te lo recuerda.
Con una lista, para que mentir de folleteo, el prota McGregor se vuelve loco en sus citas, tías más o menos espectaculares quedando sin más, sin nombres, con solo el afán de disfrutar de una noche de lujuria, vamos lo que muchos firmaríamos y no queremos admitir, un si te he visto casi que ni me acuerdo.
Pero McGregor es el hombre enamoradizo, a la vez de solitario y sin una lista de amigos en su Facebook, recurre a ser intimo al primero que le dice dos cosas y le ofrece colocarse en una terraza de su trabajo, vamos lo más normal, luego una quedada diaria, una cena, un partidito de tenis y servido el conejito en su punto.
La lista de errores es memorable, que tampoco es para machacar, pero cada vez que nombran o vienen a España es apoteósico, desde el Banco Nacional de San Sebastián que dudo hasta que exista uno en Madrid, pasando por un parque prácticamente en el centro, que no pasa un alma, cosa de lo más raro pues por la mañana el bullicio de gente es sabido, hasta pensar que con lo tiquismiquis que se han puesto en los aeropuertos, aquí pueden pasar armas por el mismo, oye y nadie se da cuenta ni se las requisan, más bien ciencia ficción.
En definitiva, se deja ver pero tampoco vayas a pensar en un peliculón y eso que el casting lo daba a entender, ya que Jackman y McGregor no lo hacen nada mal, pero el guion está pillado por los pelos y en más obviedades nos dedicaremos en SPOILER
Con una lista, para que mentir de folleteo, el prota McGregor se vuelve loco en sus citas, tías más o menos espectaculares quedando sin más, sin nombres, con solo el afán de disfrutar de una noche de lujuria, vamos lo que muchos firmaríamos y no queremos admitir, un si te he visto casi que ni me acuerdo.
Pero McGregor es el hombre enamoradizo, a la vez de solitario y sin una lista de amigos en su Facebook, recurre a ser intimo al primero que le dice dos cosas y le ofrece colocarse en una terraza de su trabajo, vamos lo más normal, luego una quedada diaria, una cena, un partidito de tenis y servido el conejito en su punto.
La lista de errores es memorable, que tampoco es para machacar, pero cada vez que nombran o vienen a España es apoteósico, desde el Banco Nacional de San Sebastián que dudo hasta que exista uno en Madrid, pasando por un parque prácticamente en el centro, que no pasa un alma, cosa de lo más raro pues por la mañana el bullicio de gente es sabido, hasta pensar que con lo tiquismiquis que se han puesto en los aeropuertos, aquí pueden pasar armas por el mismo, oye y nadie se da cuenta ni se las requisan, más bien ciencia ficción.
En definitiva, se deja ver pero tampoco vayas a pensar en un peliculón y eso que el casting lo daba a entender, ya que Jackman y McGregor no lo hacen nada mal, pero el guion está pillado por los pelos y en más obviedades nos dedicaremos en SPOILER
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Además de lo contado en el capítulo Marca España, nos dedicaremos al juego de miradas, ya que desde el principio toda la historia es muy previsible.
Cuando se presenta Jackman al solitario McGregor y después de su “amistad” van caminando por la oficina, este saluda a un empleado y se ve claramente que se gira como diciendo, quien cojones es este, lo mismo que pasa al saludar a su vecino en alemán y para colmo la chica de metro, que está metida con calzador y el soso de McGregor se enamora de una visión de un rato de una chica de las miles que se pueden ver en el metro, porque seamos serios, no está tan buena como muchas de sus citas y no tiene nada de especial, excepto un bolso con una S.
Desde la primera vez que se encuentran en una de sus citas, sabes que pasa algo raro con ella y que no es trigo limpio, pero el prota un salido empedernido con falta de autoestima y calidad en sus escarnios sexuales decide que esa será la mujer de sus hijos a toda costa.
Pero si algo es evidente es en la explosión, que sabes y te cortaría un brazo que el desafortunado personaje que sale calcinado no es el esperado, una pisa clarísima la tenemos en a). Que no paran de poner la humedad de la tubería, b). Cuando llega a su apartamento y el portero no está y c). A eso hay que sumarle que anteriormente se oyó un mensaje en el contestador automático, diciendo que como sabía que trabajaba ya entraría el con su llave a arreglar la humedad, yo sumo 2+2 y la cuenta me sale.
De ahí en adelante cosas de lo más previsibles hasta el mismo final te lo hueles a distancia, lo dicho se deja ver pero sin ser la película que esperas que te engañe y te sorprenda, al menos a mí no me sorprendió, ¿y a ti?
Cuando se presenta Jackman al solitario McGregor y después de su “amistad” van caminando por la oficina, este saluda a un empleado y se ve claramente que se gira como diciendo, quien cojones es este, lo mismo que pasa al saludar a su vecino en alemán y para colmo la chica de metro, que está metida con calzador y el soso de McGregor se enamora de una visión de un rato de una chica de las miles que se pueden ver en el metro, porque seamos serios, no está tan buena como muchas de sus citas y no tiene nada de especial, excepto un bolso con una S.
Desde la primera vez que se encuentran en una de sus citas, sabes que pasa algo raro con ella y que no es trigo limpio, pero el prota un salido empedernido con falta de autoestima y calidad en sus escarnios sexuales decide que esa será la mujer de sus hijos a toda costa.
Pero si algo es evidente es en la explosión, que sabes y te cortaría un brazo que el desafortunado personaje que sale calcinado no es el esperado, una pisa clarísima la tenemos en a). Que no paran de poner la humedad de la tubería, b). Cuando llega a su apartamento y el portero no está y c). A eso hay que sumarle que anteriormente se oyó un mensaje en el contestador automático, diciendo que como sabía que trabajaba ya entraría el con su llave a arreglar la humedad, yo sumo 2+2 y la cuenta me sale.
De ahí en adelante cosas de lo más previsibles hasta el mismo final te lo hueles a distancia, lo dicho se deja ver pero sin ser la película que esperas que te engañe y te sorprenda, al menos a mí no me sorprendió, ¿y a ti?