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Voto de Spark:
7
6,4
16.052
Drama
Relato de los sucesos políticos acaecidos tras la muerte de la princesa Diana. Se centra sobre todo en las conversaciones que mantuvieron la Reina Isabel y el Primer Ministro Tony Blair para llegar a un acuerdo sobre la petición popular de que se celebrara un duelo nacional. (FILMAFFINITY)
10 de agosto de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un momento en el film en el cual Helen Mirren (totalmente mimetizada con su personaje de "Majestad") le espeta a "su" Primer Ministro Tony Blair el siguiente consejo: "así hacemos las cosas en este país: con discrección y dignidad. El resto del mundo siempre nos ha admirado por eso".
Pues bien, esa frase podría extrapolarse al buen acabado de esta película tan peculiarmente "british" y tan llena de todas las virtudes que eso conlleva; algo cargado de emociones recónditamente sutiles y tensos silencios con veladas miradas que logran introducirse en el espectador con curiosidad, anhelo, interés y emoción (al estar envueltas de una maravillosa técnica y ejecución con esa perfección, elegancia y finura no vistas en el cine de otros países).
Frears narra unos hechos muy puntuales vividos por la monarca británica con un tacto pulcro y coqueto, y con un ritmo excepcional que imprime atracción desde el comienzo. Una intriga y suspense de sentimientos protagonizada en miradas de Mirren y conversaciones en despachos, en coches, en teléfonos, en lechos con o sin dosel, en paseos por jardines, en subidas y bajadas de escaleras, etc.
Es cierto que por ello las actuaciones son y deben ser el alma del film (con un Frears a su servicio llenando el metraje de planos cortos y primeros planos), unas actuaciones simplemente perfectas que deliberan sus frases, gestos y reacciones con total esplendor. Mirren está de merecido Oscar engalanando (tiene en sus ademanes más clase viejuna que la propia Isabel II) y componiendo a un personaje que el guión nos lo ofrece como recóndito y enrevesado, una mujer gélida y recta criada en la creencia de que su sentimentalismo debe ser sacrificado por la corrección y la mesura, una mentalidad mamada con orgullo que nos deja un personaje que tal vez... (sigue en spoilers)
Pues bien, esa frase podría extrapolarse al buen acabado de esta película tan peculiarmente "british" y tan llena de todas las virtudes que eso conlleva; algo cargado de emociones recónditamente sutiles y tensos silencios con veladas miradas que logran introducirse en el espectador con curiosidad, anhelo, interés y emoción (al estar envueltas de una maravillosa técnica y ejecución con esa perfección, elegancia y finura no vistas en el cine de otros países).
Frears narra unos hechos muy puntuales vividos por la monarca británica con un tacto pulcro y coqueto, y con un ritmo excepcional que imprime atracción desde el comienzo. Una intriga y suspense de sentimientos protagonizada en miradas de Mirren y conversaciones en despachos, en coches, en teléfonos, en lechos con o sin dosel, en paseos por jardines, en subidas y bajadas de escaleras, etc.
Es cierto que por ello las actuaciones son y deben ser el alma del film (con un Frears a su servicio llenando el metraje de planos cortos y primeros planos), unas actuaciones simplemente perfectas que deliberan sus frases, gestos y reacciones con total esplendor. Mirren está de merecido Oscar engalanando (tiene en sus ademanes más clase viejuna que la propia Isabel II) y componiendo a un personaje que el guión nos lo ofrece como recóndito y enrevesado, una mujer gélida y recta criada en la creencia de que su sentimentalismo debe ser sacrificado por la corrección y la mesura, una mentalidad mamada con orgullo que nos deja un personaje que tal vez... (sigue en spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
... sufra más porque se le enfríe el té que por la muerte de un familiar cercano... o que tal vez esté reprimiendo sus verdaderos sentimientos con una tensión penitente por un amor que nadie comprende a una nación y una institución. Su interpretación es fría y estoíca... pero sublime; una interpretación de una mujer que cuando siente envidia, humillación, manipulación, tristeza o pesar no lo vemos... lo percibimos, así de bien está. El resto de actores también están muy inspirados. A destacar a otra Helen (McClory) como la campechana pero encantadora Cheri Blair (atención también a sus ademanes), a Sheen como un Blair espontaneo y adorable, Cromwell como insensible y anticuado príncipe Phillip y Syms como la reina madre, una viejecita gruñona y sarcástica. Pues bien, ninguno resulta una caricatura sino gente cautivadora y natural.
Pero unas actuaciones impecables no serían nada sin el buen material que las rodea. En este caso el film parte de un tema morboso y abundante que es retratado con gusto en un guión amplio y retorcido; que deja gestos y diálogos detallistas, interesantes y con ocultaciones; que abarca ironía, puntos humorísticos, tensiones políticas y sentimentales, drama y polémica. Con una trama equitativa que poco a poco nos acerca a la perspectiva de la encerrada monarca.
Todo esto se acompaña de una realización elegante, una cinematografía impecable, una fotografía bellísima, un vestuario y maquillajes excepcionales, un montaje estupendo y una partitura de Alexander Desplat que simplemente conduce con divertida y mordaz intriga todo el relato.
En fin. Confieso que "The Queen" se me hace uno de esos sutiles y elegantes dramas británicos que vería una y otra vez sin rechistar.
Sería algo perfecto de no ser por un gran punto negro: el retrato que se hace de Carlos de Inglaterra. Vale que el actor no se parezca demasiado (supongo que era difícil encontrar a un actor parecido al Príncipe de Gales)... aunque esto le reste algo de credibilidad. Pero es que Jennings nunca llega a aportar el carisma y la naturalidad en su personaje que sí aporta el resto del reparto a los suyos. Además el guión nos muestra a un Carlos con una reacciones que no parecen tener mucho sentido sabiendo que la realidad de este personaje es muy distinta a lo que nos ofrece el film. Los momentos del guión con el Príncipe de Gales a veces son hasta de risa y los únicos que no están al nivel del resto del metraje.
Lo mejor: Helen Mirren. Los diálogos del guión (a destacar la conversación reflexiva que tienen la reina madre e Isabel II por los jardines en el último tercio del film). La ambientación.
Lo peor: El Príncipe Carlos.
Pero unas actuaciones impecables no serían nada sin el buen material que las rodea. En este caso el film parte de un tema morboso y abundante que es retratado con gusto en un guión amplio y retorcido; que deja gestos y diálogos detallistas, interesantes y con ocultaciones; que abarca ironía, puntos humorísticos, tensiones políticas y sentimentales, drama y polémica. Con una trama equitativa que poco a poco nos acerca a la perspectiva de la encerrada monarca.
Todo esto se acompaña de una realización elegante, una cinematografía impecable, una fotografía bellísima, un vestuario y maquillajes excepcionales, un montaje estupendo y una partitura de Alexander Desplat que simplemente conduce con divertida y mordaz intriga todo el relato.
En fin. Confieso que "The Queen" se me hace uno de esos sutiles y elegantes dramas británicos que vería una y otra vez sin rechistar.
Sería algo perfecto de no ser por un gran punto negro: el retrato que se hace de Carlos de Inglaterra. Vale que el actor no se parezca demasiado (supongo que era difícil encontrar a un actor parecido al Príncipe de Gales)... aunque esto le reste algo de credibilidad. Pero es que Jennings nunca llega a aportar el carisma y la naturalidad en su personaje que sí aporta el resto del reparto a los suyos. Además el guión nos muestra a un Carlos con una reacciones que no parecen tener mucho sentido sabiendo que la realidad de este personaje es muy distinta a lo que nos ofrece el film. Los momentos del guión con el Príncipe de Gales a veces son hasta de risa y los únicos que no están al nivel del resto del metraje.
Lo mejor: Helen Mirren. Los diálogos del guión (a destacar la conversación reflexiva que tienen la reina madre e Isabel II por los jardines en el último tercio del film). La ambientación.
Lo peor: El Príncipe Carlos.