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España España · MADRID
Voto de Spark:
6
Thriller. Drama Desesperado por salvar a su mujer, Willard Russell convierte sus oraciones en un sacrificio. Las acciones de Russel llevan a su hijo Arvin a pasar de ser un niño que sufre abusos en el instituto a convertirse en un hombre que sabe cuándo y cómo ha de pasar a la acción. Los acontecimientos que se dan lugar en Knockemstiff (Ohio) desatan una tormenta de fe, violencia y redención que se desarrolla a lo largo de dos décadas.
23 de marzo de 2023
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El telefilm de Netflix que adapta la novela del mismo nombre de Donald Ray Pollock es un drama acicalado aunque no sobresaliente. Arvin Eugene Russell (interpretado por Michael Banks Repeta en la época infantil, y por Tom Holland en la época adolescente) es un joven del Ohio profundo tras la 2º Guerra Mundial. Como tal ha sido criado por un padre excéntrico y violento (tras regresar de la guerra con el síndrome de estrés post-traumático) lleno de penas y temores, sin embargo Arvin se topará con mayores amenazas una vez cumpla más años dentro de un pueblo lleno de personajes hipócritas y abusadores entre otros.

"El diablo a todas horas" es una película dramática recomendable, que presume de una factura audiovisual notable. Pues, si bien sus planos/contraplanos y sus planos recurso son de lo más rutinarios, tiene una cinematografía impoluta cargada de detalles, con unos escenarios de época minuciosos y absorbentes, con un diseño de vestuario imponente, pero sobre todo presume de unos escenarios exteriores de primorosa y embrujante ambientación. Unos parajes naturales que embeben al espectador con convicción y astucia. El sonido es impregnante de forma innata, mientras que la banda sonora atina en su elección musical a pesar de no ser original.

Una envoltura que atrae con delicia al espectador más exigente. Pero esto no sería nada si no fuera porque "El diablo a todas horas" arma con elegancia una serie de injusticias, y las tensiona hasta sus venganzas de manera habilidosa. Así pues observamos con cierta implicación todo lo que acontece entre estos personajes malvados, justicieros o claroscuros. El problema del telefilm es que se limita argumentalmente a estos golpes (valga la redundancia) de efecto, a estos crímenes y a su resolución condenatoria. Y es que a "El diablo a todas horas" le falta en sus más de dos horas más aristas en sus personajes (no resulta humano que carezcan de un solo atisbo de sentido en el humor... o de otros gustos vitales. Pues todo en ellos son traumas, imposturas, inseguridades, violencia y abusos) y más desarrollo a unas situaciones que se acotan a esos conflictos delictivos (usualmente encubiertos por el disfraz de la religión en la cinta que nos ocupa).

Lo que quiero decir con esto es que "El diablo a todas horas" pudo ser un "Gran Torino" (2008), un "Cadena perpetua" (1994), un "Mystic River" (2004) o un "Crash" (2004)... pero se conforma con ser un "Nunca más" (2002), un "Martha, Marcy, May, Marlene" (2011) o un "El clan" (2015) y le viene a pasar un poco lo mismo que a "Relatos Salvajes" (2014). Así pues hará las delicias de los que sean seguidores de los dramas tensionados, de las historias personales de ficción que se enfoquen en desatar los rencores y las sentencias. Porque "El diablo a todas horas" presenta y desarrolla estas situaciones con una gran puesta en escena, en esto incluyo a unos actores en estado de gracia a los que jamás había visto tan bien en ningún otro rol (y eso que muchos hemos disfrutado de Tom Holland en "Lo imposible" (2012) o de Robert Pattinson en "Cosmópolis" (2012). Pero ojo también a otro rescatado de la saga de "Harry Potter", Harry Melling, tremendamente unificado a su perturbador y verosímil rol. Con esto no desmerezco a Bill Skarsgård, Jason Clarke o Mia Wasikowska que están soberbios, pero es que lo que aquí realizaron Holland, Pattinson y Melling era oscarizable directamente) y eso no es solo mérito de su elenco sino también de la dirección de Antonio Campos.

La lástima es que su limitación en el desarrollo argumental hace que sus golpes de efecto de tirantez y nervio criminal y dramático diluyan su impacto e interés en un segundo visionado. Pero el primero es una gran experiencia audiovisual incluso para el cinéfilo cuya afición tire por otros géneros cinematográficos (admito que es mi caso). De cualquier modo es una cinta recomendable a todo público adulto que quiera pasar un rato de recreo digno. Absténgase el público infantil o el que no guste de los dramas criminales de ficción, pues como drama de ficción se sitúa al nivel de "La boda de Rachel" (2008), "Un día de furia" (1992), "Las vírgenes suicidas" (1999) o "Alacrán enamorado" (2013) y nunca al de "Leaving Las Vegas" (1995), "Atrapado por su pasado" (1993) o la trilogía de "El padrino" entre otras.

Lo mejor: Sus actuaciones en general y las de Pattinson, Melling y Holland en particular.
Lo peor: Cómo el guion se autolimita al drama criminal sin más facetas que ésta.
Spark
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