Esta película, menospreciada en su día por considerarse una secuela no oficial del clásico de 1937, formaba parte de un proyecto de Filmation para realizar segundas partes de los clásicos Disney más recordados. Sin bien no es ninguna obra maestra, supera con creces la calidad de las secuelas que la propia Disney nos ha estado ofreciendo durante la última década.
Partiendo de una idea simplísima, tenemos un largometraje animado que poco o nada tiene que ver con el clásico ''Blancanieves & los 7 enanitos'' e incluso que, por momentos, se torna algo oscuro. No se han comido mucho el coco a la hora de crear algunos personajes, sustituyendo a los siete enanos por siete duendecillas (primas de éstos) o a la reina malvada por su hermano, Lord Maliss. Sin embargo, y a partir de esa idea, los de Filmation elaboraron un argumento totalmente original y entretenido, desarrollando otro concepto en torno a esta heroína, diferente al que Walt Disney nos presentó hace setenta años. Así pues, podremos ver a Blancanieves corriendo, siendo arrastrada por una corriente de barro e incluso dando algún que otro tortazo.
En cuanto a los personajes; la personalidades de las duendecillas beben directamente de los enanitos de Disney. Luego tenemos a la princesa, casta y pura aunque más espavilada, y el príncipe azul de turno, con algo más de protagonismo esta vez (cosa que se agradece). Los diseños de los secundarios son tipo ''cartoon'', el de los protagonistas está más en la línea Disney, especialmente bonito el de Blancanieves.
La animación no tiene mucho más nivel que las teleseries de dibujos animados de la época, los fondos están poco trabajados y los colores son muy planos, aunque debemos tener en cuenta que fue realizada hace veinte años por una productora que no tenía tantos medios como la Disney. Tiene cuatro canciones horrorosas, eso sí, y el score no es gran cosa.
Le doy un siete por su argumento, entretenido y original, por algunos de sus diseños y por haberme hecho pasar tan buenos ratos de niño.