No sé en cuantas películas he visto a George Sanders hacer de cínico y sinvergüenza. Lo hacía tan bien que quedó encasillado, normalmente en papeles secundarios. Pero en esta historia lleva el papel protagonista, el del arribista sin escrúpulos Clementi Sabourin.
Asistimos a su imparable ascenso aprovechándose de todas las personas que va conociendo. El camino definitivo a la riqueza lo alcanza a través de la Bolsa, campo abonado para las mentiras y las conspiraciones.
También es la historia de un asesinato, porque al principio de la película lo vemos muerto de un disparo. Repasando su trayectoria conoceremos a todas aquellas personas que sufrieron sus engaños y sus traiciones y nos preguntaremos quien pudo finalmente empuñar el arma que acabó con él.
El asunto promete, pero no aprovecha todas sus bazas, ni siquiera un interesante reparto femenino, que se ve desaprovechado. Yvonne de Carlo, Zsa Zsa Gabor, Nancy Gates, Coleen Gray y Lisa Ferraday merecían mejores papeles. Problema del guion o de la puesta en escena, el caso es que se me hizo algo larga.