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Voto de Dave_hospi:
2
4,3
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Drama
Drama histórico que se desarrolla en la Corte de Felipe II (1559-1598), donde se cruzan intrigas políticas y policíacas. No menos importante es el litigio que enfrenta a la Casa de Alba y con la Casa de los Mendoza, en la que Antonio Pérez y la Princesa de Éboli desempeñan un papel determinante. La noche del lunes de Pascua de 1578, tras tenderle una emboscada, unos asesinos a sueldo matan a Juan de Escobedo. (FILMAFFINITY)
5 de septiembre de 2008
67 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director Antonio del Real nos presenta su nueva obra, La conjura de El Escorial, un drama de época que tiene lugar en la corte de Felipe II y utiliza un hecho histórico real, la traición de la Princesa de Éboli y Antonio Pérez al rey, para desarrollar un thriller conspiratorio con una trama policíaca envuelto en una historia de ficción.
Las últimas superproducciones de época del cine español caían penosamente en el abismo de la mediocridad y la falta de buen gusto, y esta última propuesta pese a contar con un presupuesto de 14 millones de euros no es una excepción. Es más, yo diría que es incluso peor que sus antecesoras, como puedan ser Los Borgia, Alatriste o Juana la Loca, ya que por su calidad se acerca peligrosamente a lo que sería una mala mini serie televisiva de dos entregas. Toda esa cantidad de presupuesto solamente se ve reflejada en la lograda recreación del siglo XVI gracias a un buen trabajo de la producción que consigue una ambientación verosímil con unas destacables localizaciones y unos vestuarios bien confeccionados, nada excepcionales, pero claro, dado el nivel final del conjunto de la obra estos pequeños elementos acaban por convertirse en un leve bálsamo para el espectador, atenazado por el tedio y el sopor.
Curiosamente, la película cuenta con un buen reparto. Reconocidos actores internacionales como Julia Ormond, Jason Isaacs, Joaquim de Almeida, Fabio Testi, Anthony Peck o Jürgen Prochnow junto a actores nacionales como Jordi Mollà, Juanjo Puigcorbé, Blanca Jara o Pablo Puyol se han atrevido a embarcarse en este fallido proyecto que a bien seguro contaba con unas pretensiones elevadas en su inicio pero que finalmente a degenerado en algo que no se sustenta por ningún sitio. Incluso las interpretaciones de los actores resultan mediocres, seguramente lastrados por la ineptitud del director, provocando la carcajada entre el personal en momentos de un pretendido dramatismo que lógicamente resulta fallido. La película fue rodada en inglés para adquirir un mayor reconocimiento internacional y favorecer su difusión según las palabras del director, pero después los propios actores españoles se encargaron de doblarse a sí mismos al castellano consiguiendo un resultado tremendamente desagradable ya que cada frase parece una sentencia que suena con un tono definitivo vergonzoso. Y es que la película se convierte en una espiral de ridiculez, con situaciones tremendamente forzadas y carentes de ningún tipo de sentimentalismo o emoción, momentos medio gore a ritmo de bullet time que se quedan a medio camino del cine de Uwe Boll,…
En definitiva, que el director pierde la batuta de la situación por completo, si es que alguna vez llegó a tenerla entre sus manos, y se encarga de rellenar el metraje con una sucesión de escenas innecesarias que para desesperación del público que no ve la hora de que finalice este esperpento, son absolutamente intranscendentes y no aportan nada a la obra.
Las últimas superproducciones de época del cine español caían penosamente en el abismo de la mediocridad y la falta de buen gusto, y esta última propuesta pese a contar con un presupuesto de 14 millones de euros no es una excepción. Es más, yo diría que es incluso peor que sus antecesoras, como puedan ser Los Borgia, Alatriste o Juana la Loca, ya que por su calidad se acerca peligrosamente a lo que sería una mala mini serie televisiva de dos entregas. Toda esa cantidad de presupuesto solamente se ve reflejada en la lograda recreación del siglo XVI gracias a un buen trabajo de la producción que consigue una ambientación verosímil con unas destacables localizaciones y unos vestuarios bien confeccionados, nada excepcionales, pero claro, dado el nivel final del conjunto de la obra estos pequeños elementos acaban por convertirse en un leve bálsamo para el espectador, atenazado por el tedio y el sopor.
Curiosamente, la película cuenta con un buen reparto. Reconocidos actores internacionales como Julia Ormond, Jason Isaacs, Joaquim de Almeida, Fabio Testi, Anthony Peck o Jürgen Prochnow junto a actores nacionales como Jordi Mollà, Juanjo Puigcorbé, Blanca Jara o Pablo Puyol se han atrevido a embarcarse en este fallido proyecto que a bien seguro contaba con unas pretensiones elevadas en su inicio pero que finalmente a degenerado en algo que no se sustenta por ningún sitio. Incluso las interpretaciones de los actores resultan mediocres, seguramente lastrados por la ineptitud del director, provocando la carcajada entre el personal en momentos de un pretendido dramatismo que lógicamente resulta fallido. La película fue rodada en inglés para adquirir un mayor reconocimiento internacional y favorecer su difusión según las palabras del director, pero después los propios actores españoles se encargaron de doblarse a sí mismos al castellano consiguiendo un resultado tremendamente desagradable ya que cada frase parece una sentencia que suena con un tono definitivo vergonzoso. Y es que la película se convierte en una espiral de ridiculez, con situaciones tremendamente forzadas y carentes de ningún tipo de sentimentalismo o emoción, momentos medio gore a ritmo de bullet time que se quedan a medio camino del cine de Uwe Boll,…
En definitiva, que el director pierde la batuta de la situación por completo, si es que alguna vez llegó a tenerla entre sus manos, y se encarga de rellenar el metraje con una sucesión de escenas innecesarias que para desesperación del público que no ve la hora de que finalice este esperpento, son absolutamente intranscendentes y no aportan nada a la obra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A mí no me importa que lo que me muestre el director sea intranscendente y cotidiano, es más, lo defiendo siempre que vaya acompañado de una dosis de interés latente. Ya estoy cansado de ver la escena dramática definitiva cargada de emotividad que pretende remover conciencias sin conseguirlo. Pero es que Antonio del Real no quiere o directamente no sabe regalarle eso al espectador, parece que no se haya dado cuenta del cambio de registro y siga en el rodaje de una de sus comedias ligeras como la inclasificablemente mala Desde que amanece apetece.
La Conjura de El Escorial es una muestra del peor cine patrio trasnochado, que da la razón a los detractores del cine español y se aleja por completo de las interesantes propuestas de los Jaume Rosales (La soledad), los José Luis Guerín (En la ciudad de Sylvia) o los Jaume Balagueró y Paco Plaza (Rec) por citar algunos nombres. Si el cine español quiere gozar de un buen futuro asentándose como un arte de calidad, tendría que extirpar esta especie de fuegos artificiales que resultan muy caros pero que reportan muy pocos beneficios, tanto económicos como culturales, y apostar fuerte por una línea continuista de las propuestas de los directores anteriormente citados. Pero claro, esto tampoco va a dar demasiado dinero, que es lo que al fin y al cabo interesa en la mayoría de ocasiones, por lo tanto es inevitable que tenga cabida el Torrente o el Mortadelo y Filemón de turno.
La Conjura de El Escorial es una muestra del peor cine patrio trasnochado, que da la razón a los detractores del cine español y se aleja por completo de las interesantes propuestas de los Jaume Rosales (La soledad), los José Luis Guerín (En la ciudad de Sylvia) o los Jaume Balagueró y Paco Plaza (Rec) por citar algunos nombres. Si el cine español quiere gozar de un buen futuro asentándose como un arte de calidad, tendría que extirpar esta especie de fuegos artificiales que resultan muy caros pero que reportan muy pocos beneficios, tanto económicos como culturales, y apostar fuerte por una línea continuista de las propuestas de los directores anteriormente citados. Pero claro, esto tampoco va a dar demasiado dinero, que es lo que al fin y al cabo interesa en la mayoría de ocasiones, por lo tanto es inevitable que tenga cabida el Torrente o el Mortadelo y Filemón de turno.