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España España · Mexico
Voto de Alfie:
8
Cine negro. Thriller Por su participación en la construcción de viviendas para las personas de bajos recursos, Frank Enley (Van Heflin) acaba de ser homenajeado por la gente de Santa Lisa, que ve en él a un hombre bueno y comprometido. Pero, de repente, a la vida de Enley llega Joe Parkson, un hombre discapacitado que le busca con un único objetivo: matarle. Un penoso incidente ocurrido durante la II Guerra Mundial, será removido entonces y la vida para ... [+]
17 de octubre de 2009
36 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tuvo el cine negro americano dos momentos bien diferenciados. Uno antes y otro después de la SGM. Antes, en la época dorada, los gángsters sociópatas colmaban las pantallas con sus personalidades atormentadas y sus comportamientos criminales. Cagney, Raft o Muni protagonizaban las grandes producciones. Luego, las consecuencias de la contienda sirvieron de filón para encauzar un género que ya había agotado la figura de ese tipo que aspiraba a dirigir la más poderosa organización criminal. Se abría un nuevo abanico donde los personajes se volvían más complicados, más sofisticados y con problemas mucho más graves. El rencor, la envidia, la ira, la locura…miserias de la mente humana que permitirían a grandes directores acercarse al noir y filmar historias mucho más accesibles para ellos. Este es el caso de Fred Zinnemann.

Todavía muy lejos del estrellato, el director austriaco se hizo cargo de esta producción de la Metro y que contó con un excepcional reparto. Cuando te sientas a ver una cinta donde Ryan y Heflin encarnan a los protagonistas, no puedes esperar ni más ni menos que lo que termina sucediendo: actuaciones prodigiosas para dar vida a dos hombres al límite, llenos de odio y culpabilidad, y cuyo encuentro tendrá irremediablemente tintes trágicos. Poco más se puede decir de un argumento que a los diez minutos de metraje sorprende al público, al que encauza en un camino marcado por un hecho sobrecogedor. Solo las mujeres que acompañan a Frank (Heflin) y a Joe (Ryan) se apartan de esa dinámica de destrucción e intentan salvar a ambos y alejarlos definitivamente de ese trauma que les supuso la SGM. Pero de nuevo insistir en las interpretaciones de Ryan y Heflin. El primero se gusta en uno de esos trajes que le quedaban magníficamente y que deslumbran desde el primer fotograma. El segundo, un actorazo que va creciendo conforme avanza el metraje hasta tutear a un Ryan en un mano a mano final memorable.

Obra que queda en un segundo plano en la filmografía del director pero que debe ser de cita obligada para todos los amantes de esas historias que ponen al hombre en situaciones críticas, que lo llevan a la desesperación y al desamparo y donde los instintos más básicos se abren paso pisoteando sin contemplaciones cualquier atisbo de razón. Notable.
Alfie
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