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España España · Mexico
Voto de Alfie:
8
Western En la pequeña ciudad de Silver Lode, el sheriff McCart interrumpe bruscamente la boda entre Dan y Rose para detener al novio. (FILMAFFINITY)
2 de julio de 2010
32 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y mediante falacias y falsas acusaciones logra poner a toda una comunidad en contra de un ciudadano de bien que, para más inri, está a punto de celebrar su boda. ¿En un día cualquiera? No, no, el 4 de Julio, día de la celebración de la Independencia americana. Además, y suele suceder en estos casos, los vecinos, esos mismos que presumían de la amistad del injuriado y adulaban cada paso que daba, se dejan arrastrar por esa corriente mezcla de miedo, odio e hipocresía y que transforma a cada uno de ellos en juez y mano ejecutora de la más vergonzosa de las infamias. Como afirmara Scorsese en su paseo por el cine clásico americano, “Silver Lode” es una caza de brujas el día del 4 de Julio.

Allan Dwan es otro de esos directores a los que la Historia del Cine no ha guardado el lugar que merecía. Nació con el cine, vivió con el cine y murió con el cine, dejando a su paso más de cuatrocientas producciones. Cine mudo, de aventuras y comedias destacaron en su carrera para completar una filmografía que alcanzó en las colaboraciones con Douglas Fairbanks sus éxitos más celebrados. Y el western claro. Sus últimos trabajos los dedicó al género por antonomasia, colaborando con el productor independiente Benedict Bogeaus en una serie de films de bajo presupuesto durante la década de los 50. Entre ellos se encuentran un par de joyas reivindicadas por los críticos de hoy como auténticas muestras de talento y de economía de medios puestas al servicio de este arte. Les puedo asegurar que, efectivamente, así es.

En esta “Silver Code” las intenciones del director y el guionista Karen DeWolf (a la lista negra por esta película) son claras: denuncia de la penosa situación que se vivía en Hollywood y que coartaba la libertad creativa de los artistas debido al afán persecutorio-paranoico de un senador y sus adláteres. La semejanza entre la situación que vive Dan Ballard (John Payne) en el film y la que se producía en los Estados Unidos durante aquellos años es la misma. Simbolismo explícito, que no necesita de más aclaraciones, que acusa y señala a aquellos con la bajeza moral de lanzar la primera piedra sin antes siquiera haber juzgado. La elegancia del trabajo de Dwan, la maravillosa aportación de Payne y Duryea (McCarty) y la excelente puesta en escena, hacen de este film una auténtica delicia de imperdonable olvido y que merece un lugar más alto del que la historia le ha dado. Rescatarlo y admirarlo es nuestra obligación y nuestra compensación a un tipo que, éste sí, dedicó toda su vida al mayor de nuestros amores.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alfie
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