Esta película despertó cierta controversia entre los que la vieron como una historia entrañable e incluso digna por su autoparodia, y los que la vieron como algo patético y fuera de lugar (yo creo que sobre todo desengañó a los fans de Clint Eastwood).

Debo decir que yo estoy en el medio: no la veo como una gran película, pero tampoco me parece una basura indigna. Creo que el argumento es absolutamente inverosímil, pero eso ya lo asumo cuando me dispongo a ver ficción.

El argumento es este: cuatro astronautas retirados y ya algo deteriorados (unos más que otros) sacan del armario sus botas de astronauta y se meten de cabeza en un entrenamiento para ir al espacio a desactivar un satélite del año de la catapúm (o sea, de cuando ellos eran jóvenes).

Resulta un film entretenido si te lo tomas como lo que es: algo que jamás podría pasar. También hay que pasar por alto ciertos momentos lacrimógenos y sentimentaloides que le restan a la película la poca credibilidad que tiene; en cambio, destaco algunos diálogos que, sin ser brillantes, ni hilarantes (ni mucho menos), tienen su gracia.