Durante muchos años se ha utilizado el termino "españolada" en tono despectivo en contra de ese cine que retrataba las costumbres y características de los habitantes de la piel de toro. Un termino que, en muchas ocasiones, era muy injusto y sectario. El cine español, las "españoladas", han ofrecido verdaderas obras maestras de la comedia con directores variopintos que van desde Berlanga hasta De La Iglesia pasando por los Lázaga y Ozores de turno que arrasaban en taquilla pero eran denostados por la crítica sesuda. Yo no solo no rechazo aquel cine si no que lo admiro por su capacidad de hacer reír a los espectadores con sus propias circunstancias y, en muchas ocasiones, haber hecho una crítica social y política cuando a la gente le metían en la cárcel por semejante atrevimiento.Dicho esto, la película de Pablo Berger se presenta como una "españolada de arte y ensayo" llena de virtudes y con muy pocos defectos que, seguramente, los tendrá, pero que yo no he podido encontrar.
La historia a fuer de delirante se hace creíble gracias a un grupo de actores sobresalientes que se meten en sus papeles de estraza y los convierten en papel de regalo. Maribel Verdú y Antonio de la Torre brillan como ese matrimonio típico y tópico de clase media baja que se enfrenta a la vida desde el machismo anticuado de el y la resignación amante de ella que se refugia en la amistad de un primo estrambótico y divertido interpretado por un espectacular Jose Mota. Mención especial al gran Josep María Pou en un papel diferente a los que nos tiene más acostumbrados.
La fotografía, el vestuario, la selecta banda sonora y, sobre todo, el guión y la dirección de Pable Berger convierten a este ABRACADABRA en la mejor película española estrenada este año y en la que esperemos se puede convertir en uno de sus éxitos de crítica y público. Se lo merece. Y que vivan las "españoladas".