Hace un par de meses se estrenaba una olvidable película de estética muy similar en la que un padre buscaba a su hija perdida a través de sus rastros cibernéticos. En esta película que hoy comento se repite el laborioso trabajo de doblaje visual para españolizar los pantallazos de estos jóvenes enfangados en las redes sociales que se meten de manera inesperada en una especie de club de la snufmovie por encargo.
La historia es original y atrevida pero se empieza a complicar y los guionistas buscan sorprender y hasta apabullar al espectador consiguiendo que el que no esté muy atento o tenga que ir al baño, se pierda irremediablemente.
Poco se puede decir artista y técnicamente de este nuevo título de cine joven de terror. Correcta pero lejos de cualquier brillo o sorpresa.