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Antigua y Barbuda Antigua y Barbuda · Una criatura
Voto de Herr Jasper:
10
Drama. Fantástico. Aventuras William Bloom (Billy Crudup) no tiene muy buena relación con su padre (Albert Finney), pero tras enterarse de que padece una enfermedad terminal, regresa a su hogar para estar a su lado en sus últimos momentos. Una vez más, William se verá obligado a escucharlo mientras cuenta las interminables historias de su juventud. Pero, en esta ocasión, tratará de averiguar cosas que le permitan conocer mejor a su padre, aunque para ello tendrá ... [+]
13 de noviembre de 2010
90 de 100 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre que veo Big Fish me acuerdo de mi padre. Joder, si es que hasta mi churri a los diez minutos de empezar la peli va y me dice: "tio, se parece a tu padre. Y tú al hijo". Claro. Entre otras cosas, por la mala leche que me entra cuando se pone con las historias de cuando yo era pequeño, que por cierto, tiene especial inclinación por contar a las chicas con las que salgo. Y tendríais que ver la cara que ponen ellas mientras le escuchan. Igual que en la peli. Les cuenta mis trastadas, salgo escaldao, y luego al salir de casa: "qué majo que es tu padre". Pues se va a enterar. Os voy a contar la historia del pirata McCormick:

Cuando era pequeño mi padre me contaba cada noche las historias del pirata McCormick: un indeseable que siempre acababa enrolado inexplicablemente en algún barco y que se caracterizaba por dos cosas complementarias:
a) comer fabada constantemente (pese a no ser comida típica de mar)
b) tirarse unos pedos atroces

Les conté las historias a mis amigos en el colegio. McCormick escondido debajo de la mesa en una reunión de oficiales, McCormick rescatando a una dama en apuros, McCormick luchando contra el temible capitán Muñoz. Lo bueno venía, lógicamente, cuando la fabada hacía sus efectos, claro. Siempre los derrotaba, aunque con las chicas no solía salir victorioso. Un día le pregunté a mi madre por McCormick, pero ella no tenía ni idea. Recuerdo que me pareció rarísimo que no hubiera escuchado hablar de alguien tan famoso. No es posible, mamá, le dije. Seguro que sabes quién es.

La cosa es que con el tiempo crecí y las historias de McCormick me dejaron de interesar. Pasaron los años. Un día estábamos mi padre y yo en la cocina preparando una fabada y me pidió que le pasara un bote de cayena. Le eché mano y entonces lo vi. Y no sólo en el bote de cayena, también en el de pimienta, en el de orégano, albahaca, comino… todas eran de la misma marca: McCormick. Mi madre entró y se puso a ayudarnos con el guiso. Miré a mi padre. El muy zorro me guiñó un ojo. Y mi pobre madre, ahí al lado removiendo el puchero sin saber quién era McCormick pese a llevar años siendo la víctima de sus fechorías…

Lógicamente, una película capaz de recordarme así a mi viejete no se merece otra nota que no sea un 10. Edward Bloom es exactamente como creo que todos vemos a nuestro padre: un héroe cuando somos niños, un pesao cuando somos mayores, y al menos en mi caso, de nuevo un héroe al descubrir quien es en realidad.

Hermosa, emocionante, tierna, mágica, imprevisible, una banda sonora maravillosa... Puede que peque de sensiblera, que haya fallos en el guión, que el prota tenga cara de palo... da igual. Es de las que llegan al corazón. Si no te emocionas viéndola es que no tienes sangre en las venas.
Herr Jasper
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