Defectos y virtudes en esta cinta. La historia del Mothman es apasionante; la auténtica, me refiero. Si lo encontráis, pillaos el libro de John Keel, el periodista en el que está inspirado el personaje protagonista, y echadle un ojo. Es un material de primera. Y hay que admitir que está tratado con bastante seriedad y buen hacer tras la cámara por Pellington. La secuencia del puente me gustó bastante, y creo que en general la peli tiene un clima inquietante bastante logrado.
Pero claro.
A todo esto, Richal Gere, que ya de por sí es bastante carapalo, se topa con un personaje metido con calzador. Además, si bien el guión tiene puntos bastante respetables para lo que se esperaba que hicieran con esta historia, también es cierto que no es el paradigma del riesgo. Para que no se nos vaya de las manos la peli, metemos unas subtramillas de la esposa muerta y a un vecino con cara de pajearse oculto en los matorrales mientras observa a una pareja de adolescentes. Y así le damos cierta coherencia al prota y tal. Y ahí patina, claro que patina. El personaje de Will Patton todavía tiene un pase, pero es que lo de la mujer se lo podían haber ahorrado tranquilamente. Por mucho que luego quieran... (spoiler)

¿Digna? Muy digna. Me esperaba ver a un Mothman de ordenador con colmillazos o algo por el estilo. Y repito, la atmósfera está bien conseguida. Me gustaría decir que Richal hace lo que puede para el personaje que le han escrito, pero me temo que no. Definitivamente, en esta peli falta Fox Mulder.

Para como está el patio últimamente, más que recomendable. Eso sí, yo me leería el libro de John Keel, que mola mucho más porque no mete morcillas de amor ni esas cosas...