Contraseñas filosóficas para la obra de un director de cine cuya amplia producción demuestra más bien haber sido menos afecto a las comedias y farsas. Pero no supuse desde un inicio, y tal como lo confirmé al desenlace también, que "The devil´s eye" fuese más que otro de los dramas inherentes a la tragedia humana a los que Bergman -ya sabemos- fue adicto. Por eso desde mi estrecho y primitivo razonamiento humano ante temas metafísicos como estos, colegí que (a) En primer lugar que el gozo en Don Juan es castigo -no porque sea pecado o esté mal, sino porque no se agota en el placer, más bien por la desventura de buscarse la misma satisfacción, sin colmarla, aunque pasen 300 años; mientras del lado opuesto, en la literatura clásica occidental -desde el Pentateuco y los Evangelios, pasando por Dante y Milton-, se aprovecha el mal de ese gozo -en los donjuanes-, el mal que ellos mismos no pueden apagar sin tampoco dejar de continuar (tal como el conde de la Rochefoucault y el marqués Giuseppe Marcoppaza, esbirros del Diablo dirían); así que, a través de la tradición cristiana que execraba con rigor la libertad de los instintos, practicamente los humanos condenan desde los inicios de los tiempos, aquello que es inherente a los donjuanes, de manera natural, (desde los inicios de los tiempos, aunque se redunde); en pocas palabras, como se verá en esta obra, habría una compensación del "Mal" hecho en la tierra si se exonerara al condenado al entrar al reino del "Mal" con más placer del que lo volvió culpable en vida; por ello (b) el mismo nivel de certeza tienen los que hacen el "Bien" de saber que tienen la razón que aquellos que como Don juan, hacen el "Mal" sin importarles o desconociendo que en la ulterior vida -Purgatorio o infierno- seguirán haciendo el "Bien" a través del castigo en forma de no-cosumación de su "Mal" natural se les preescribirá, igual que ocurría en la tierra, por la naturaleza que le es inherente como humanos de forma normal. ¿Hija de quién será esa rosa de Saron? Del vicario Pasteur y su mujer Renata. Renata de hecho es presa más fácil de las mocedades de Pablo, el ayo de Don Juan quien logró desarmar a la esposa del pastor. Pero los pastores tienen que seguir siendo pastores,y los diablos, diablos. Por ello en vez de sospechar de la infidelidad de su mujer, el sacerdote invitó al demonio que le reveló el adulterio, a entrar a su armario y descansar e ir de regreso al infierno o donde sea haya venido. Don Juan en la alcoba de la chica, por fin, pero Bergman resuelve con astucia y el fuego de la joven y las ansias del mujeriego cuando ella se compadece de él y así desliza el orgullo mancillando el erotismo de Don Juan, y a su vez sostiene la virtud de ella de acuerdo a los principios morales humanos. De todas formas, Bergman concede el pecado de la mujer al mentirle a Jonas respecto a que ningún hombre la ha besado antes que él y el orzuelo del Diablo desaparece.