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España España · madrid
Voto de tiznao:
6
Drama. Cine negro Dos prisioneros escapan de la famosa prisión de Alcatraz y se refugian en un faro utilizado por espías nazis. Con su gran honestidad, el farero y su hija se ganan la confianza de los dos fugitivos, quienes sacrificarán su libertad para salvar a la ciudad de San Francisco de un ataque submarino. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2012
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Champ Larkin y Jimbo (James Craig y Frank Jenks), 2 presos del penal de Alcatraz seriamente preocupados por el reciente bombardeo japonés a Pearl Harbour y por el continuo pasos de aviones de combate sobre sus cabezas - ya que creen que en un hipotético ataque aéreo sobre la isla morirían sin posibilidad de defensa - deciden fugarse, y dicho y hecho, tras una accidentada y afortunada fuga van a dar con sus huesos a una pequeña isla en la que se encuentran con los 4 habitantes que viven alrededor del faro (viejo Capitán y joven y audaz ayudante a los mandos del telégrafo, y chica guapa, y forzudo hombre para todo duro de mollera) y los retienen a mano armada hasta que puedan seguir viaje a la luz del día con la lancha que estos tienen.

Todo esto en apenas los 8 primeros minutos de su corto metraje (61 minutos); a partir de aquí, con los en principio cínicos fugados a los que la guerra con los nazis se la trae al pairo ya que ellos lo único que pretenden es escapar (en clara contraposición con lo patriota de los habitantes de la isla) viéndose envueltos en una trama de espionaje cuya finalidad es acabar con los 500.000 habitantes de San Francisco (Alcatraz incluida), tenemos una muy entretenida y divertida función a la que esa tópica y consabida reconversión de los duros presidiarios a patriotas arriesgando sus vidas y libertad por su patria, y el añadido romántico de la relación que establece Champ con la hija del viejo Capitán farero, lejos de dar como resultado uno más de los dislates propagandísticos rodados con parecidos componentes, resulta más que interesante, ya que el encargado de la dirección es nada más y nada menos que el maestro Edward Dmytryk (curiosamente criado en San Francisco), cuya maestría y buen hacer eleva muchos enteros lo que a primera vista pudiera parecer una más de las numerosas producciones de parecida premisa rodadas por la época.

En resumen, interesante, entretenida y divertida función que pese a lo desconocida que pueda resultar hoy en día (la encontré por casualidad hurgando en la filmografía de Edward Dmytryk tras enterarme que su "El hombre de las pistolas de oro 1959" era la adaptación cinematográfica del recientemente editado libro, "Warlock" de Oakley Hall, que tan grata impresión me ha dejado tras su lectura), y a lo pulp de su propuesta, acompaña dignamente a las buenas películas de propaganda bélica rodadas por grandes directores de la época con los EEUU ya luchando en la WWII.
tiznao
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