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España España · madrid
Voto de tiznao:
6
Comedia Todo empieza cuando el Presidente de los Estados Unidos y el Primer Ministro británico deciden iniciar una guerra. No todo el mundo cree que sea una buena idea. Pero cuando Simon Foster, el Secretario de Estado Británico, respalda accidentalmente la guerra en horario de máxima audiencia en la televisión, se gana sin quererlo muchos amigos en Washington DC. (FILMAFFINITY)
26 de agosto de 2009
41 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una divertida, aguda, inteligente, corrosiva e incisiva parodia sobre el mundo de la alta política, con estética de prestigiosa serie de televisión inglesa (ya saben, “The Office” más o menos), que trata sobre las distintas posturas que adoptan la alta clase política inglesa y norteamericana ante una supuesta posible guerra en Oriente Medio (así, sin especificar) , mostrándonos un caótico ambiente plagado de malentendidos y metáforas cogidas por los pelos, imberbes consejeros influyentes, todo ello en un ambiente “al borde de un ataque de nervios” y con unos diálogos abundantes en referencias culturales (títulos de películas y canciones, cantantes y demás parafernalia, entiéndase como cultura, esa que te da brillo y esplendor en reuniones “cool”, nada que ver con referencias a los clásicos), interpretada por al parecer lo mejor de los cómicos ingleses (por lo que a mí respecta, abundan las caras desconocidas), y un abundante elenco de buenos actores de ambos lados del Atlántico (me quedo, como no, con el gran James Gandolfini, realmente impresionante y amenazador con sus kilos distribuidos a modo de mole en el papel de ese general pacifista, David Rasche como ese beligerante político yanqui que usa una granada de mano autentica como pisapapeles, David Capaldi soltando obscenidades durante todo el metraje, una breve aparición de Steve Coogan en un divertido papel y paro de contar porque, créanme son 50 y la madre los que asoman la gaita en esta producción).
Si has llegado leyendo hasta aquí, ahora viene la mala noticia, si bien es cierto todos y cada uno de los calificativos laudatorios vertidos en el anterior párrafo, no lo es menos que el conjunto quizá en pequeñas píldoras de 20 minutos en una miniserie hubiera quedado de maravilla, pero tragarse las casi dos horas del tirón pueden perfectamente hacer que acabes harto de tanta inteligencia, agudeza y demás (para justificar tu buen gusto y no ser tachado de cenutrio descerebrado que no sabe apreciar tal derroche de adulto e inteligente humor, siempre nos queda aquello del “Síndrome de Sthendal”).
Lamento ser un aguafiestas, ya que la opinión y acogida generalizada es que nos encontramos ante algo sublime (siempre y cuando el espectador sea inteligente, agudo, dotado de una perspicacia para reconocer situaciones y guiños, permítanme que me carcajee, ja, ja, ja, ja) cuya enjundia y nivel de sátira esta a la altura de “Dr. Strangelove” (ja, ja , ja, ja, ja, ja, ja ,ja, ja), pero quizá a causa de mi escasa inteligencia y perspectiva el problema está en mi menda.
Solo añadir por citar a otra película con un cierto parecido, que (a mi juicio) estamos ante una especie de “La cortina de humo 1997” (la pasable película de Barry Levinson que adaptaba la divertida novela de Larry Beinhart) pasada por la idiosincrasia del humor británico actual.
tiznao
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