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Voto de tiznao:
8
6,0
45
Comedia. Intriga
Grégoire Lecomte, un actor desafortunado, tiene que hacer una prueba para un papel de asesino, pero, por error, entra en una sociedad mafiosa. Toma al capo de la banda por un productor, y los mafiosos lo confunden a él con un asesino a sueldo con el que tenían una cita. Lecomte firma con ellos un contrato para matar a Otto Kramper, un comerciante de armas, en su fiesta de cumpleaños en Saint-Tropez. Pero Lecomte no es consciente de que ... [+]
10 de junio de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gregoire y Fredo se dirigen a un edificio a hacer una prueba para encarnar a un asesino en una película, Moskovitz que tiene una cita en un apartamento de ese edificio, también lo hace, cuando el actor y su agente ven al asesino le toman por otro actor cuyo aspecto (¡ Palance, Bogart, Brynner !, exclaman con admiración al ver ese férreo porte), les hace temer por el papel, por lo que provocan un accidente para, según creen, retrasarle en su audición, y Gregory llama a una puerta en la que se encuentran unos políticos africanos gestionando con Bozzoni (Roger Carel), el mafioso dueño del piso, el contrato de Moskovitz para acabar con un tal Otto "la ballena" Krampe (Gert Fröbe), creyendo entrar en la sala de audición, y tras una serie de malentendidos, (Gregory interpretando su papel de asesino, y Bozzoni creyendo que esta ante Moskovitz), saliendo de la habitación con un mareante contrato, con dirección a Saint Tropez, mientras el autentico Moskovitz se da cuenta de la jugada cuando al también equivocarse de puerta entra en la agencia de casting (tanto o más divertidas estas escenas que las anteriores con Gregory).
En apenas 15 minutos que llevamos de metraje, ya tenemos el lío servido, a partir de aquí con Pierre Richard de nuevo tomado por un frío asesino (casi nada, embriagador y esperanzador aroma a "Gran rubio"), saliendo indemne de continuos intentos de asesinato por fríos y profesionales killers, unos mandados por Bozzoni (Moskovitz cada vez mas furibundo por los contratiempos que le surgen cada vez que le tiene a tiro), que a estas alturas ya se ha dado cuenta del error, y otros por "la Ballena" (todas y cada una de estas desternillantes escenas merecen por si solas el visionado de la película), no enterándose de nada y creyendo que está participando en una filmación.
Pero eso no es todo, también tenemos metidos en el lío, a Sylvette (Valérie Mairesse), una atractiva agente rubia de la D.S.T. (Dirección de vigilancia de territorio), que para tenerle vigilado inicia un romance con él, Fredo y familia que también han viajado a Saint Tropez (uno de los hijos es clavadito a Gregory), y una red de controladoras de aparcamiento (ya saben, esos agentes que controlan las zonas para aparcar de pago) poniendo al día de sus correrías y engaños amorosos, a su compañera de trabajo Josyane (Christine Murillo), una celosa morena de armas tomar que está harto del donjuanesco comportamiento del hombre con el que vive (vamos, que como verán con estos mimbres, la cosa pinta, muy, pero que muy bien).
Sigue en spoiler por falta de espacio:
En apenas 15 minutos que llevamos de metraje, ya tenemos el lío servido, a partir de aquí con Pierre Richard de nuevo tomado por un frío asesino (casi nada, embriagador y esperanzador aroma a "Gran rubio"), saliendo indemne de continuos intentos de asesinato por fríos y profesionales killers, unos mandados por Bozzoni (Moskovitz cada vez mas furibundo por los contratiempos que le surgen cada vez que le tiene a tiro), que a estas alturas ya se ha dado cuenta del error, y otros por "la Ballena" (todas y cada una de estas desternillantes escenas merecen por si solas el visionado de la película), no enterándose de nada y creyendo que está participando en una filmación.
Pero eso no es todo, también tenemos metidos en el lío, a Sylvette (Valérie Mairesse), una atractiva agente rubia de la D.S.T. (Dirección de vigilancia de territorio), que para tenerle vigilado inicia un romance con él, Fredo y familia que también han viajado a Saint Tropez (uno de los hijos es clavadito a Gregory), y una red de controladoras de aparcamiento (ya saben, esos agentes que controlan las zonas para aparcar de pago) poniendo al día de sus correrías y engaños amorosos, a su compañera de trabajo Josyane (Christine Murillo), una celosa morena de armas tomar que está harto del donjuanesco comportamiento del hombre con el que vive (vamos, que como verán con estos mimbres, la cosa pinta, muy, pero que muy bien).
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Dirigida por Gerard Oury, un tipo que de míticas comedias francesas sabe un rato (además de firmar las 2 del Gran Rubio, ha trabajado a lo largo de su extensa carrera, con Louis de Funes, Bourvil – "La gran juerga 1966" - y demás reyes de la comedia), con una banda sonora a cargo de Vladimir Cosma (habitual de Oury, y otro que tal baila en cuanto a curriculum cinematográfico), producida por Alain Poiré (otro que tal baila en cuanto a enjundia fílmica), y protagonizada por un elenco actoral, que desde, ese Pierre Richard en la cumbre de su carrera y vis cómica, hasta el último de los secundarios, realizan un gran y muy divertido trabajo, estamos ante una autentica delicia de esas con las que los franceses se descolgaban una detrás de otras en los 70, muy divertida y entretenida, de las que te instalan en la cara una sonrisa desde su arranque, y te hacen soltar alguna que otra carcajada, especialmente en la mejor y más divertida escena: una con piruetas automovilísticas a cargo del, junto a Alain Petit, mítico "cascadeur", Remy Julienne (algunas de las piruetas vistas en las de Toretes, Vaquillas y demás, estaban firmadas por ellos) acompañando un intento de asesinato a Gregory, cuando este viajaba en un atestado coche con Fredo, mujer y niños, y Silvette.
Para finalizar, y tras insistir en que estamos ante una muy divertida comedia, señalar que el paraguas que da lugar al título, y vemos protagonizando alguna que otra divertida escena, está inspirado en el "paraguas búlgaro", un paraguas con la punta impregnada de un veneno letal (ricin), usado en el asesinato del escritor disidente búlgaro Georgi Markov en 1978 (2 años antes de la película), y reseñado profusamente en la época en prensa y televisión.
Para finalizar, y tras insistir en que estamos ante una muy divertida comedia, señalar que el paraguas que da lugar al título, y vemos protagonizando alguna que otra divertida escena, está inspirado en el "paraguas búlgaro", un paraguas con la punta impregnada de un veneno letal (ricin), usado en el asesinato del escritor disidente búlgaro Georgi Markov en 1978 (2 años antes de la película), y reseñado profusamente en la época en prensa y televisión.