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España España · madrid
Voto de tiznao:
6
Thriller. Drama. Cine negro Fernando sale de la Escuela Superior de Policía de Madrid con el título de agente. Está impaciente por comunicárselo a su tío y, mientras lo hace, entran en el establecimiento unos atracadores y roban la caja. El novato agente pide a sus superiores que le dejen hacerse cargo del suceso, pero éstos se muestran inflexibles y le asignan el caso de un robo que ha cometido un lavacoches en un garaje. (FILMAFFINITY)
20 de abril de 2009
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arranca con una voz en off (presente durante todo el metraje), que es toda una loa a los esforzados agentes de policía y a sus métodos de investigación, teniendo toda la pinta de que estamos ante una especie de documental hagiográfico a mayor gloria del cuerpo policial, y aunque en efecto, algo de eso hay, no es menos cierto que estamos ante un entretenido y más que digno thriller, en el que se nos cuenta la historia de un recién licenciado inspector de policía que al ir a contárselo a su tio que trabaja en un banco, entran unos malencarados y fuertemente armados atracadores que consiguen huir tras hacerse con el botín, quedándosele grabado al novato policía la cara de los mismos.
El primer caso que le encargan es infiltrarse en un garaje como empleado y así averiguar el autor de pequeños robos que se están produciendo en el mismo, se sospecha que por algún empleado, garaje en el cual reconoce en uno de los visitantes a uno de los atracadores del banco, circunstancia que sumada a un malentendido con el jefe de los atracadores que le confunde con un ladrón al sorprenderle hurgando en la caja del garaje (estaba comprobando si faltaba algo, tras poner en fuga al empleado ladrón), le da la ocasión para aceptar trabajar para dicho gánster, convirtiéndose de esta manera en todo un infiltrado por cuenta propia.
Todo esto en los primeros minutos de su corto metraje, a partir de aquí tenemos un buen thriller (sección infiltrados), no solo por lo coherente y bien engranado guion, sino porque aparte de una buena labor actoral de todos los implicados, sorprende por el manejo de la cámara del prolífico, ecléctico y buen director, Ignacio F. Iquino, que tanto en los abundantes exteriores (Madrid y Barcelona), como en muchas de las restantes escenas, la mueve de tal manera que los planos resultantes resultan sumamente descriptivos, a la par que atrayentes e innovadores en el cine español de la época.
Recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
tiznao
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