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España España · madrid
Voto de tiznao:
6
Cine negro. Intriga. Thriller Eric Hartman, un espía que trabaja para los comunistas, recibe el encargo de secuestrar al doctor Macklin, un físico nuclear canadiense, para llevarlo al otro lado del Telón de Acero. (FILMAFFINITY)
28 de mayo de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joe Victor (George Raft), un gánster expulsado de EEUU que se encuentra dando las últimas bocanadas económicas refugiado en Portugal, es contratado por una organización comunista para hacerse con el trabajo que está llevando a cabo un físico nuclear llamado Dr. Macklin (George Dolenz) secuestrándolo en Montreal, ciudad en la que hemos visto en el arranque de la película el asesinato de un policía tras perseguir y detener a un madrugador organillero que hacia su número con un pequeño mono, al sospechar del objetivo de la cámara que llevaba escondida en el instrumento musical con la que segundos antes había filmado subrepticiamente al físico de marras.

Joe Victor en Montreal poniéndose en contacto con la organización que le ha encargado el trabajo, y reuniendo para el trabajo a sus antiguos compinches, desde Mexico, Nick Johonus (Joseph Vitale), de Chicago, Morrie (John Cliff), de Los Ángeles, Jack (William Bryant), y como cebo femenino para el físico, desde La Habana a la fuerza, a su antiguo amor, la rubia Joyce Geary (Audrey Totter), y el inspector de la Policía Montada, Raoul Leduc (Edward G. Robinson) investigando el asesinato del policía, y encontrándose con la conspiración puesta en marcha por los malos, utilizando avanzados métodos policiales (supongo que en 1955 lo serian) para seguirles los pasos de cerca.

Con estos mimbres dirigidos por el fiable artesano Lewis Allen (venia de dirigir el año anterior a Frank Sinatra y Sterling Hayden en aquella breve joyita llamada "De repente 1954") y con los especialistas en cine negro Daniel Mainwaring y A.I. Bezzerides (casi nada las joyitas que contienen su filmografía) adaptando una historia escrita por James Benson Nablo, estamos ante una digna muestra de esos abundantes por la época entretenidos thriller noir de serie B, cuya preponderante atmósfera anticomunista/patriótica resulta hasta simpática en lo cuasi pueril de su desarrollo (Edward G. Robinson convirtiendo en todo un patriota al malote George Raft), lo que sumado a buenas escenas recreando los asesinatos de los malos, excelente fotografía y buena banda sonora, lo novedoso de estar situada la acción en Montreal, y ser una de las contadas ocasiones en que podemos ver juntos a Raft y Robinson (así que recuerde "Manpower 1941") hacen de la función algo interesante de ver, pese a la interpretación algo rutinaria de tan magnífica pareja.
tiznao
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