Ese hombre escondido y cuidado por los niños en el granero, que en realidad es un asesino buscado, la sorpresa y huella que en el va dejando ver como esos niños creen y respetan al Jesucristo por quien han tomado, como trastorna la vida de los niños de ese pueblo cuando inevitablemente la noticia corre entre ellos, haciendo un pacto de silencio ante los mayores para evitar que estos le atrapen y crucifiquen de nuevo; todo esto da como resultado, un absorbente, emotivo, y fascinante film, opera prima de ese gran director llamado Brian Forbes (agárrense los machos, su segunda película fue, la extraordinaria, "Plan siniestro 1964", y por citar una de las varias joyitas que más tarde firmo, "The Stepford Wives 1975 "), adaptación de una novela escrita por Mary Hayley Bell (esposa de John Mills, y madre de Hayley Mills), producida por Richard Attenborough, poseedora de una subyugante y magnifica banda sonora de Malcolm Arnold, perfecta ambientación de lugar y época retratado a través de una esplendida fotografía en blanco y negro de Arthur Ibbetson, y unas interpretaciones rayanas en la perfección (tanto de los numerosos niños, como de todos y cada uno de los mayores), de las que son de destacar, una Hayley Mills que encarna a ese niño que todos fuimos alguna vez, mediante una amplia gama de registros sorprendentes en alguien de su edad, y por aquello del tema mitómano, a Bernard Lee (el "M" de James Bond) como el cabeza de familia, padre de Kathy y sus hermanos.

En resumen, obra maestra de obligada visión, que aparte de las lecturas religiosas que se puedan hacer de ella, y de los evidentes y bien traídos simbolismos que atesora, es un canto a la inocencia y vulnerabilidad de la infancia, y una muy entretenida, no menos divertida y emotiva, y cuasi hipnótica función. Como curiosidad, reseñar, que Andrew Lloyd Webbers monto un musical adaptando esta historia (desconozco enjundia y acogida).