Para situarnos antes de hablar de la película, empezar diciendo que creo recordar que de las numerosas películas en que aparece Dale Dye en los créditos (mayormente como asesor militar en películas bélicas y como secundario de esos cuasi cameos), esta que nos ocupa es la que mayor protagonismo tiene en los créditos además de figurar en letras grandes como coproductor.
Estamos hablando de un tipo que combatió en Vietnam, multicondecorado (1 “estrella de bronce” y 3 “corazones purpura”), Beirut, “asesor militar” en El Salvador y Nicaragua, retirado con el grado de coronel en 1984, colaborador de la referencia en cuanto a revista de mercenarios “Soldiers of fortune” y finalmente omnipresente (asesor y cameos) en multitud de películas bélicas a través de su “Warriors Inc”, una empresa nacida para asesorar en temas bélicos a la industria cinematográfica.
No me negaran que sería sumamente interesante saber más de este inquietante tipo (unas memorias, a ser posible “no autorizadas”, serian más que interesantes).
Cualquier hijo de vecino medianamente informado tendrá formada su opinión del verdadero motivo de fondo de la longeva y saltarina (diferentes gobiernos obligan) presencia norteamericana en Sudamérica en nombre de “la guerra contra las drogas que tanto daño hacen a nuestros jóvenes” (hay editados numerosos ensayos sobre el tema, pero si estas interesado en saber más y un ensayo te echa para atrás por aquello de lo espeso que te pueda resultar este formato, tienes un par de muy documentados y absorbentes “best seller” que una vez leídos te harán un experto en el tema, “Águilas negras” de Frederick Forsyth y la reciente “El poder del perro” de Don Winslow).
Con estos antecedentes ni al más iluso se le escapara que estamos ante propaganda pura y dura (no confundir con tufo ideológico, que al fin y al cabo es algo intrínseco a mil y una producciones de todo credo y condición, pero que a mí en particular no me impide disfrutar de una buena y/o entretenida película si ese es el caso), propaganda que además es un bodrio aburrido en el que casi da vergüenza ajena ver a Nicolas Cage (no tengo nada contra el e incluso estoy entre los que siguen con interés sus trabajos, pero aquí da grima verle), Tommy Lee Jones (el hombre se estaba labrando una carrera) y Sean Young (ridículo, con química “0” su romance con Nicolas Cage y lo mas imperdonable, total carencia de “sexy” y atractivo) y una trama ridícula y mal filmada (las escenas aéreas son malísimas), que en su día con el espectador degustando “Rambo,s,” y “Top gun” (referencias que utilizo por lo que de ellas usa esta película, líbreme Dios de comparar al bueno de Rambo con el soplagaitas de Maverick) más o menos coló, pero que a día de hoy luce como una autentica basura.