Todo esto a modo de presentación en apenas 10 minutos de metraje, a partir de aquí, y tras la entrada en escena de un nutrido y variopinto surtido de personajes pertenecientes a la fauna social urbana de esa Belgrado (novia hija de altos funcionarios del Partido Comunista, amigos de Brana homosexuales, y mafiosillos buscavidas, estudiantes - de cine - y sus circunstancias sociales, vecinas fisgonas y metomentodo, un pobre hombre propietario de un desvencijado Skoda al que Branco le dio un pequeño golpe con su 600 al comienzo del metraje, persiguiendo a este durante toda la película para que acepte la responsabilidad, y alguno más que me dejo) tenemos por una parte, una gran y muy divertida comedia, que aunque es cierto que posee momentos hilarantes en los que puede llegar a surgir la carcajada (en un cine viendo "El Acorazado Potemkim", y en el bautismo como conductor de Mile, el presunto enfermo de riñón que la va a proporcionar la orina que se supone le librara del ejercito, luego circunstancial ayudante en rallye y peripecia vital), el humor viene provocado más por lo triste y gris de esa vida que vemos llevan Branco y su entorno, y las componendas que van a llevando a cabo para tratar de alcanzar sus aspiraciones (boda, ligues, podio, amistad, etc), por otra parte un entrañable documento de época con ese parque móvil que aparece en pantalla (bonito también el Fiat 132 del suegro), esos chavalillos de barrio embobados por el vecino con coche de carreras, y esas tomas en las que vemos al 600 moviéndose por Belgrado, documento que aunque ambientado en Belgrado, luce calcado a la España de esa época, recordándome por este aspecto y por la forma de contar la historia por parte de Goran Markovic (dirección y guión, años después responsable de esa verdadera joya surrealista llamada "Sabirni centar 1989"), a la famosa tercera vía hispana de José Luis Dibildos (estilo que trataba de contar historias eludiendo a la censura durante los últimos años de Franco).