Narco explotation mexicana, con malos malísimos, jefes de carteles enfrentados, (El Chilango vs. Carlos Fuentes), sicarios malencarados y ligeros de gatillo, balaceras varias (muy visuales y entretenidas las que se llevan a cabo en plena calle, con todo el mundo corriendo para un lado y para otro), policías corruptos, jefes de la DEA malvados y libidinosos, una stripper rubia despampanante, testosterona para dar y tomar, y el Obispo y su colega de lucha libre, El Asesino, ayudados por un dealer descontento, vengando la muerte de sus padres a manos del Chilango y de paso agujereando los bolsillos de todo capo que se le ponga por el camino, todo ello hablado en una mezcla de inglés y castellano (si, inglés y castellano, prácticamente nada de spanglish) y filmado de forma chapucera, (la transición entre escenas, no es que sea seca, es que es chapucera a más no poder), con un cuadro actoral formado en su mayor parte por los ganadores de algún casting de malencarados hombretones y un par de féminas de las que abundan en los culebrones, una fotografía de saldo, pero resultona y una producción más que modesta.
Si todo lo anteriormente expuesto, tiene para ti un mínimo de atractivo y te gustan los narcocorridos, adelante, bienvenido al club (tan solo son 75 minutos de metraje) y a intentar hincarle el diente a “Apañaron a Camelia 2008” y “La suburban de las monjas 2008”, que presumo recrearan los famosos corridos de “Contrabando y traicion” y “Las monjitas”.