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España España · madrid
Voto de tiznao:
8
Drama Tras un aterrizaje de emergencia en medio del campo gracias al cual salvan la vida un centenar de pasajeros, el comandante Whip Whitaker (Denzel Washington), que pilotaba el avión, es considerado un héroe nacional. Sin embargo, cuando se pone en marcha la investigación para determinar las causas de la avería, se averigua que el capitán tenía exceso de alcohol en la sangre. (FILMAFFINITY)
26 de diciembre de 2012
26 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se han rodado bastantes, y en ocasiones muy buenas películas en torno a los estragos causados por alcohol y drogas en consumidores y entorno de los mismos; mayormente asistiendo a autodestructivos procesos con o sin causa que al espectador le llegue como justificada, y en la mayoría de los casos dejando un poso amargo.

A mi juicio, la clave de lo notable de esta historia, es como esta contada por Robert Zemeckis, y ser el siempre bien recibido gran actor Denzel Washington el encargado de dar vida a ese experimentado y reputado piloto cuyo descenso a los infiernos y convicción personal de que tal circunstancia es injusta de ser esgrimida como causa del accidente, intentando salir airoso del grave embrollo penal que se le avecina.

Zemeckis brillante en esa primera media hora electrizante que culmina con el avión estrellado, y cumpliendo con ese oficio de gran director a la hora de convertir en imágenes que implican y remueven las entrañas del espectador, ese pozo sin fondo que parece no tener salida, manteniendo durante todo su metraje una acertada y creciente dosis de tensión, y Denzel Washington no menos brillante haciendo que desde esos minutos en el que le vemos manejar con precisión, calma y grandes dosis de coraje ese avión (escenas que hermanan con esos papeles marca de la casa vistos en muchos de sus trabajos y que a día de hoy le han convertido en un icono a la altura de James Stewart o Gary Cooper, cuando de un hombre que hace lo que tiene que hacer hablamos), logra despertar una empatia que te hace alegrar en sus pequeños y puntuales triunfos sobre la adicción, y sufrir y hasta ponerte de mala leche al verle decaer (brillante la escena protagonizada por un botellón de licor en plano fijo sobre un mueble bar de habitación de hotel).

Súmese una muy acertada banda sonora repleta de míticos temas resaltando de forma brillante los diversos estados de animo (ese "Feelin' Alright" sonando en las subidas anímicas provocadas por sustancias varias es de traca), y un lustroso elenco de buenos actores arropando la función (bueno el contrapunto emocional – ese “Sweet Jane” interpretado por Cowboy Junkies - aportado por Kelly Reilly y un exuberante John Goodman, y buenos los aquí contenidos Don Cheadle, Melissa Leo, y Bruce Greenwood), y tenemos uno de esas películas destinadas a referencia en cuanto a adicciones, además de una buena y muy interesante propuesta.
tiznao
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