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España España · madrid
Voto de tiznao:
5
Terror Virginia, una dependienta de una tienda de libros usados, está obsesionado con las novelas de terror, en particular con una titulada "I, madman". El libro cuenta la historia de un siniestro doctor que mutila partes de sus víctimas para usarlas como maquillaje en un loco intento de conseguir el amor de la persona que ama. Pronto Virginia descubrirá que la historia no es ficticia, es más, el demente está comenzando a cruzar la delgada ... [+]
16 de junio de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Virginia (Jenny Wright, la inquietante vampira de “Los viajeros de la noche”), dependienta de una tienda de libros usados en Los Ángeles (California) y empedernida lectora de añejas novelas pulp de terror y con una gran imaginación que la hace vivir intensamente los hechos según los está leyendo, comienza a obsesionarse con una obra, escrita 30 años atrás, de un autor maldito que versa sobre un mad doctor que en su imaginación ve como un siniestro tipo armado con una navaja barbera y embozado hasta los ojos con una larga capa, tocado además con una boina a juego, que se arranco la cara por amor y que es la segunda y última obra escrita por el autor (la primera era sobre un niño chacal que mide 2 metros largos) debido a que se volvió loco y decía que los personajes le dominaban.
A partir de aquí tenemos a Virginia encontrándose de vez en cuando con el de la capa, sin quedarnos muy claro si es producto de su imaginación o de verdad le está sucediendo, al mismo tiempo que se van sucediendo una serie de asesinatos ejecutados tal y como están descritos (tanto hechos como descripción física de las victimas) en “I, Madman” (titulo de la novela), dándose la circunstancia que la llegamos a ver presenciar alguno de los crímenes sin que la policía la crea (el novio que es policía medio la cree).
A pesar de estar dirigida por el inefable y pertinaz perpetrador de engendros Tibor Takács (consultar filmografía) y debido al resultón y delirante desenlace (cuyo punto álgido es abrir los títulos de crédito finales con la canción “Chanson d'amour”) y a la atmosfera ochentera de la que está impregnada es, a mi juicio, la mejor película del ínclito Tibor (estamos hablando del tipo que dirigió “Tornado en Nueva York 2008”) y una entretenida muestra de serie B ochentera (estando a un pelo de calvo de ser un castañazo).
tiznao
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