Tenemos un argumento que despide un fuerte aroma a otro mas de esas funciones con suerte pasable, pero al estar protagonizada por un John Cusack que en bastantes ocasiones suele elevar a interesante este tipo de productos, y ser Joel Silver uno de los productores a través de Dark Castle, cuanto menos merece una oportunidad.

Aunque durante su visionado me hizo experimentar una cierta decepción y no deba entrar en detalles (por lo fácil que seria caer en spoiler) de porque me ha parecido una cosa interesante que ha acabado dejándome buen sabor de boca, el hecho de decidir hacer un reseña es ese regusto a thriller de terror ochentero tan raro de encontrar hoy en día en producciones de este pelaje.

Tras lo vacilon que se revela ese titulo de la película en sus últimos minutos, y como se cierra la historia, supongo que a mas de uno al que eso de “regusto a thriller de terror ochentero” le suene bien, y crea que he estado acertado en mi opinión, se le instalara una sonrisilla de nostalgia en la cara, y tomara nota de este director/guionista, Morgan O'Neill (creo que es australiano) para darle otra oportunidad.