Charlie Strom (Gary Oldman), un sádico delincuente pornógrafo que busca venganza por hechos del pasado en los que estuvo involucrado Eddie Burns (Ving Rhames), un ex policía lisiado, viola y maltrata vilmente a la hermana de este (Kerry Washington), asegurándose de que este se entere al detalle (le manda un esclarecedor video, además de darle de vez en cuando la barrila por teléfono).
A partir de aquí y con el lisiado Eddie (con un resultón look de vengador compuesto de gastado gabán y sombrero de ala ancha) tirando de la ayuda de ex compañeros del cuerpo (entre los que se encuentra Brian Cox en el papel del Capitán Oakes), tenemos una pasable película de venganzas (calificativo que teniendo en cuenta la calidad de algunos de los actores sabe a poco), que se ve tan fácil como se olvida, pero que al entregado aficionado a la serie B de venganzas de toda la vida le hará pasar un ratillo entretenido, ya que cumple sobradamente con todos los cánones del genero y posee su correspondiente y agradecible ración de escenas truculentas, pese a su evidente falta de valores cinematográficos (sobre todo guion, montaje y dirección).