Nos cuenta la historia de Kenny (Danny McBride), un superstar del beisbol racista y homofóbico, que debido a los excesos de la fama ha iniciado la cuesta abajo, pasando de los 105 mph que alcanzaban sus lanzamientos en sus mejores tiempos a apenas 80 y bajando.
Siendo consciente de su decadencia se traslada a su ciudad natal, instalándose por el morro en casa de su currante, gris y “White trash” hermano, Dustin (John Hawkes, Sol Star en la magnífica “Deadwood”, serie también de HBO puesta en marcha por Walter Hill, que nos muestra el nacimiento de la mítica ciudad minera de Deadwood en el Salvaje Oeste), el cual vive con su cristiana mujer Cassie (Jennifer Irwin) y tres hijos (un púber corpulento, un niño y una bebe) y se busca un trabajo como profesor de educación física en el “Jefferson Davies”, un colegio regido por el idiota Terrence Cutler (Andrew Daly), el cual se encuentra comprometido con su antigua novia April (Katy Mixon), de la cual sigue enamorado.
A partir de aquí y con un Danny, primero convencido de todavía conservar su antiguo magnetismo y potencial de sus tiempos de superstar entre la gente con la que se relaciona, entre los que destacan su compañero de politoxicomanias Clegg (Ben Best) y su nuevo asistente y amigo, el hasta entonces timido profesor de música Stevie Janowski (Steve Little), alternando entrenamientos con vista a su vuelta a la elite con ingestión masiva de alcohol y todo tipo y condición de sustancias estupefacientes (opiáceos, cocaína , marihuana, esteroides, setas y alguna mas que no recuerdo), tratando de reconquistar a April (a todas luces arrepentida de su compromiso con el papanatas del director), luego, aceptando que está acabado para la práctica deportiva y que lo más sensato es abandonar sus sueños, asumir su condición de “White Trash”, ayudar a su hermano en su trabajo como contratista de obras y convertirse en un profesor modélico, y finalmente, su último intento por volver a las grandes ligas, tras como consecuencia de las continuas provocaciones de dueño del concesionario BMW (Will Ferrel) aceptar el desafío de volver a lanzar y provocar un desastre ocular a un fanfarrón ,taimado y reputado bateador (Craig Robinson) durante un lanzamiento en el que alcanza las 101 mph, ser tentado por un manager de Tampa.
Aproximadamente 170 minutos da narración continua de la historia divididos en 6 episodios, componen la primera temporada de esta magnífica, políticamente incorrecta, salvaje, inteligente, adulta y a ratos descacharrante serie, la cual definiría como un cruce entre los universos “Apatow” y “Saturday Night Live”, con el inconfundible toque de atrevimiento y “qualite” de HBO.
Recientemente se ha aprobado una segunda temporada, por lo que afortunadamente veremos qué rumbo toma el bueno de Kenny tras el muy particular final de la primera temporada.