Un tema mil veces visto, el del criminal de guerra nazi que huye de la justicia que planea atraparlo después de muchos años, se plasma aquí en una película que sirve más como entretenimiento de una tarde / noche aburrida sin nada a lo que dedicarse. Aunque pretenda todo lo contrario, acaba dejándote frío. Ni te conmueve la historia de los 5 asesinatos, ni te conmueven los traumas del protagonista, ni te intriga saber quién le persigue, ni te identificas con la juez y el policía... Todo se desarrolla de un modo plano y casi sin ritmo. Por suerte Michael Caine es un actorazo y logra darle vidilla a un personaje que no está lo que se dice bien desarrollado, convirtiéndolo en lo único digno de interés hasta un determinado momento (spoiler).

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