Por accidente, o mejor dicho, gracias a una niña de nueve años descubrí por casualidad este corto animado sobre la navidad y he de dar gracias por haberlo descubierto…por unos minutos, he vuelto a ser un niño.

Esa en la magia del buen cine de animación de antaño, la animación con el lapicero…algo casi olvidado.
Por suerte hemos vivido ese periodo y ha marcado nuestra época y esa animación es sin duda, la mejor manera de retratar la inocencia de la infancia.

Con una preciosa banda sonora, The showman, te hace disfrutar si eres un niño y te recuerda los momentos de la infancia cuando, si eres mayor.

La película y la historia respiran inocencia, es el sueño de cada niño, un día nevado y sin escuela, jugar con la nieve y hacer un muñeco de nieve con el que jugar pero el muñeco de nieve no se mueve…qué pasaría si se moviera…esa es la preguntar a este corto.

Partiendo de esta pregunta se abre un maravilloso mundo a través de los sueños del niño, un mundo de fantasía que acabarán pero que siempre quedará en nuestro recuerdo esa pequeña bufanda que nos recordará lo mejor de nuestra infancia…

Precioso corto, es ese tipo de cine que nos recuerda que una vez fuimos niños.