Parece ser el tipo de secuelas de terror de los años ochenta, algo tan malo que casi nada se parece a las primeras partes.
Un pueblo lleno de maíz y nada más, niños tan malos que dan ganas de pegarles y matarlos pero nada que ver con la primera parte.
Es cierto que la primera parte se ha convertido en un clásico, el tiempo la ha convertido en eso, o quizás las secuelas la han mitificado un poco, ya que no me pareció una gran cosa.
Si la primera era mala, las otras no es que sean una maravilla.
La segunda parte camina al estilo de los años ochenta, ese terror característico de aquellos años, una historia que gira en torno a muertes un poco gore, escenas que podrían producir terror en los ochenta pero en el 2012 ya quedan muy pasadas de moda e incluso producen hasta risa.
Se puede saber si una película está pasada de moda por el vestuario de los actores, esas hombreras, vaqueros de cintura alta y esos peinados a lo afro son el sello de que algo falla.
Bueno, aquí os dejo, la verdad que me ha costado mucho verla, me ha hecho reír mucho y más de esas cosas.