Que la cinta de Philip Noyce es típica y tópica hasta la saciedad es innegable. A saber: policía veterano (y además tetrapléjico) de esos que siempre saben más que nadie ha de resolver una serie de crímenes en cadena acompañado por una joven policía novata atormentada por un drama familiar. Por supuesto, al principio se llevan fatal y discuten todo el rato, pero al final acaban entendiéndose y... bueno, todo muy bonito.
Pero bajo mi punto de vista, ésa falta de riesgo no es un problema para disfrutar de una película muy correcta, entretenidísima y deudora absoluta de Seven. Denzel Washington está como siempre muy bien, y sorprende ver a Queen Latifah antes del pelotazo de Chicago en un papel muy diferente de los que ha hecho desde 2002. Pero la gran sorpresa de la película es Angelina Jolie, en la que para mí sigue siendo su mejor interpretación (a falta de ver Un corazón invencible e Inocencia interrumpida). La actriz nunca ha sido santa de mi devoción. Es más, me parece que desde el año 2000, lleva haciendo el mismo papel, esclava del éxito que le proporcionó Tomb Raider como heroína de acción buenorra. Por éso es una gozada ver cómo se desenvuelve cuando no está presionada por demostrar que es la actriz que mejor pone la cara de "mírame-qué-buena-estoy". Todo un logro.

Lo mejor: La energía de Angelina Jolie y la corrección de la trama criminal.
Lo peor: El final no me convence en absoluto, y es tan común que todo se adivina antes de que pase.