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Voto de Sibila de Delfos:
6
Drama Rebecca es una gran reportera de guerra. Tras un grave accidente, su marido e hijos le dan un ultimátum; o ellos o su trabajo. (FILMAFFINITY)
14 de junio de 2014
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mil veces Buenas Noches es un bonito homenaje a la peligrosa pero imprescindible labor de los periodistas de guerra, pero no es la excelsa película que podría haber sido o que sí son otras cintas con argumentos similares, como The Bang Bang Club o incluso El jardinero fiel o la injustamente denostada Amar peligrosamente.
La primera hora de Mil veces buenas noches es una prueba de fuego para el espectador por su ritmo contemplativo, a veces demasiado lento, y su acumulación de tópicos es notable. Sin ir más lejos, ahí está la culminación de la relación entre la protagonista y su marido, con esa escena de sexo tan innecesaria, o el personaje de ese marido al que da vida un correctísimo y guapísimo Nikolaj Coster-Waldau, paradigma del consorte maravilloso, cariñoso, trabajador, comprensivo pero a la vez sufriente y siempre preocupado. Es un estereotipo sin vida con el que el Jaime Lannister de Juego de Tronos puede hacer bien poco. La narración es pesada y avanza con lentitud y sorprendente frialdad teniendo en cuenta los emotivos temas que trata. Sin embargo, posee algunas secuencias muy poderosas, como toda la inicial, prácticamente silenciosa, con Rebecca haciendo su trabajo escrupulosamente a pesar del peligro, y realiza una cruda reflexión acerca de cómo las obsesiones pueden volverse peligrosas si, como en el caso de la protagonista, hacen perder de vista la realidad y no ser capaz de ver más allá de esa obsesión.
El tercio final, cuando las cosas se tuercen y el drama hace al fin acto de aparición, recupera el paso no encontrado hasta el momento y ofrece más oportunidades de lucimiento a una Juliette Binoche de mirada perdida que clava a la perfección la personalidad obsesa, comprometida y a la vez irresponsable de Rebecca, ese personaje que representa la valentía de todos los reporteros que narran los horrores de la guerra al mundo, y también la temeridad de algunos de ellos.

Lo mejor: Juliette Binoche, extraordinaria, toda la secuencia inicial y la entrega de Nikolaj Coster-Waldau (ver cuando echa de su casa a Rebecca).
Lo peor: Le falta pulso a la narración y mayor emotividad.
Sibila de Delfos
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