Ya no me siento a gusto en este mundo se pasa de lista.
Es original, muestra una refrescante mezcla de thriller y comedia, pero se pasa mucho de lista. No es ni de lejos tan buena como nos quiere hacer creer que es, básicamente porque no tiene buenos personajes secundarios que apoyen a los dos principales y porque lo que es la historia tampoco da para mucho. Quizá sería más disfrutable si hubiera sido un corto, o un mediometraje, más que una película.
Lo que sí es muy bueno, sin duda, es el trabajo de Elijah Wood y especialmente Melanie Lynskey, dos intérpretes que, pese a haber tenido grandes éxitos comerciales (sobre todo él), han apostado siempre por los proyectos indies y lo outsider, donde sin duda tienen más oportunidades de demostrar su talento. Aquí, ambos sacan mucho partido a la peculiaridad (por no decir rareza) de sus personajes y exhiben una muy buena química cómica y dramática.
Muy pasable, sólo salvable por la química de su gran pareja protagonista.