Divertidísima adaptación de la comedia de Shakespeare a cargo del poco estelar Michael Hoffman, al que esta vez le salió una película casi redonda. Mágica, bonita, de esas que da gusto ver porque te dejan con una gran sonrisa en la boca cuando acaban. Quizá debería haber sido algo más corta en su tramo final en el teatro, pero resulta que esa parte es de las más divertidas de un ya de por sí muy hilarante conjunto. Claro que con excelentes actores de comedia como Pfeiffer, Everett (aquí impresionante... en todos los sentidos), y sobre todo Tucci y Kline (encantador), pues todo viene hecho ya de fábrica. Igualmente destacable resulta la presencia de Calista Flockhart, en plena efervescencia de su fama entonces por Ally McBeal, y que interpreta aquí un papel muy similar al de la abogada que la lanzó al (efímero) estrellato. Y al final todo es tan entretenido y bonito (visualmente es perfecta) que poco importa que baje un poquito al final.

Lo mejor: Los actores, con la excepción del siempre horrible Dominic West.
Lo peor: Es posible que le sobren unos diez minutos.