Vaya por delante la verdad. No soy fan de One Direction. No voy a sus conciertos ni compro sus discos ni espero horas y días a las puertas de donde sea que estén.
Sin embargo, no creo que haga falta ser fan para reconocer que Morgan Spurlock ha hecho un buen trabajo con este documental sobre el grupo. La película hace lo que tiene que hacer: contar la historia de 1D desde el principio, mostrar a los chicos detrás de las cámaras y encima del escenario y acercarlos a sus innumerables fans. Eso es lo que es la película y eso es lo que pretende. A quien no le interese, que no la vea, pero no se puede decir que como documental sea malo. Tampoco es una obra maestra. El tema no lo permite tampoco, pero es una cinta correcta, más o menos entretenida y desde luego perfecta para los seguidores (¿o más bien seguidoras?) del grupo.

Lo mejor: Cumple perfectamente con sus propósitos
Lo peor: Es demasiado largo