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Voto de Sibila de Delfos:
7
Drama Nueva York, 1979. Shane O'Shea, un joven que lleva una vida monótona y anodina, sueña con poder entrar una noche en la discoteca Studio 54 de Manhattan. Se trata de un local muy exclusivo, donde sólo admiten a famosos. Una noche, el propietario del negocio, ve a Shane en la cola y ordena al portero que lo deje entrar. A continuación, le ofrece un trabajo en el local. Allí, se iniciará Shane en el mundo de las drogas, el sexo y la música ... [+]
19 de agosto de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
54 es una película que no engaña, y por ello no se entienden las malas críticas que recibió. No es posible saber qué esperaban crítica y público al enfrentarse a esta película, salvo una crónica de la noche, el desenfreno de toda clase y la peculiar intrahistoria del famosísimo club Studio 54 de Nueva York. Y éso es lo que es. Una entretenida y muy correcta visión de la nightlife neoyorquina de finales de los 70 y principios de los 80, vista a través de los ojos de Shane O'Shea, el protagonista. Además, Mark Christopher hace gala de una considerable sabiduría narrativa, yendo directo al grano y sin perder tiempo. en tres o cuatro breves escenas nos presenta a su personaje principal y lo lleva al 54, y lo que sigue es una secuencia absolutamente brillante que, gracias a la música, la fotografía y los ojos de Ryan Phillippe, llevan al espectador dentro del mundo salvaje del club, sintiendo la misma mezcla de fascinación, rebeldía transgresora e incluso miedo que Shane.
Cierto es que la película tampoco es nada del otro jueves, que es más tópica que nada y que si la historia de la discoteca no entra a la primera no hay manera de soportarla. Además, las andanzas sentimentales de Shane (con los personajes de unas jovencísimas y simpáticas Salma Hayek y Neve Campbell, entre otras) podrían no haber estado, pues son un añadido facilón que paga el peaje de lo convencional y ralentiza el buen ritmo del conjunto general. Pero se le puede perdonar, cuando Christopher se marca ese final tan sorprendentemente emotivo y mágico y saca tanto, tantísimo partido a Mike Myers en uno de sus escasísimos roles dramáticos.

Lo mejor: El principio y el final, dos momentos de gran brillantez en una película no muy brillante en su conjunto, aunque sí correcta. Y las interpretaciones de Mike Myers y Ryan Phillippe (en el caso de este último, no se trata de que merezca un premio ni nada por el estilo, sino de que resulta 100% creíble y es gracias a sus ojos que el espectador se introduce de un salto sin red en el ambiente del 54, como Shane)
Lo peor: El ritmo es algo irregular por la parte sentimental de la historia.... y tampoco es una gran obra maestra, no nos engañemos.
Sibila de Delfos
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