El vuelo del halcón es un poco como estos telefilmes de Atila el Huno que ponen en televisión un par de veces al año en hora de la siesta de un sábado o un domingo. Es decir, es una película más o menos entretenida, con un despliegue de medios imponente (y más teniendo en cuenta que es una película no americana, británica, etc), una historia épica de amores y batallas entre ejércitos y también un cierto tufillo cutre a telefilme, como hemos dicho, y por supuestos muchos tópicos por doquier.
En el reparto, quien más destaca es Tommy Flanagan, el inolvidable Chibs de Sons of Anarchy, aunque no es el protagonista. También anda por allí Robert Patrick, el implacable androide asesino de la magistral Terminator 2.
Se aprecia el esfuerzo, aunque no pasa de ser una película bastante simple para pasar el rato. Tiene una buena fotografía, eso sí, muy oscura y "azulada", aunque casi parece más propia de una cinta de fantasía que del cuento pseudo-histórico que pretende ser.