Correcto ejercicio de debut del actor Zoe Berriatúa en el largo, Los héroes del mal es una película desconcertante a ratos.
Es atrevida, está hecha con coraje y muestra con extrema dureza los temas del acoso escolar y la respuesta ante el mismo. Asimismo es una demoledora reflexión sobre la ansiedad adolescente, el difícil paso a la madurez, la explosión de la sexualidad y muy especialmente la violencia, con todo lo que conlleva. Berriatúa no da respuestas sobre lo que motiva los terribles actos que perpetran los tres protagonistas, y muy especialmente Hartiz, lo que la convierte en una obra perturbadora, molesta a veces, y hecha con ganas, esfuerzo y una buena dosis de valentía. No es para todos loa paladares, eso desde luego. Además, Berriatúa escribe algunas escenas de notable poder emocional, como aquella en la que Sara encuentra sus "juguetes", y saca un enorme partido a Jorge Clemente, Beatriz Medina y Emilio Palacios, que combinan sin embargo escenas estremecedoras con otras en las que sobreactúan claramente (ver la secuencia final).
Sin embargo, cuando la historia de los tres adolescentes rebeldes y sufrientes se convierte en un extraña espiral hacia la destrucción mezclada con notas sobre identidad sexual y necesidad de cariño, poco a poco el director va perdiendo el paso cogido hasta entonces y acumula situaciones poco creíbles y muy extremas (no hay personajes buenos... todos el mundo es mala gente en la película, o eso parece). Así, Los héroes del mal queda como una propuesta aceptable que tenía más potencial para hacer algo grande y se queda en algo simplemente aceptable.

Lo mejor: Quizás la premisa inicial y el meritorio trabajo de sus tres protagonistas, aunque en ocasiones sobreactúen también un poco.
Lo peor: Hay demasiadas cosas que chirrían y no tienen sentido (¿los jóvenes roban pero luego tienen dinero para comprar tantísima droga?) y todos sus elementos no casan muy bien unos con otros.